Los padres con hijos en edad de recibir la Primera Comunión podrán comprar a partir de ahora el traje para esta ocasión mientras ayudan a personas en riesgo de exclusión gracias a las empresas de inserción de Cáritas donde se confeccionan desde los diseños más clásicos a las cada vez más habituales túnicas que algunos colegios ya les han encargado.

Fili se ajusta las gafas de cerca y comienza a tricotar como cada jornada desde hace unos 26 años, el tiempo que lleva trabajando en Taller 99, una empresa de inserción promovida por la Fundación Labora de Cáritas Madrid que ofrece formación humana, social y profesional a personas con dificultades de integración laboral.

Para este año han recibido un pedido de 30 de trajes de comunión, el doble que en cursos anteriores. Ya llevan seis años confeccionándolos y han comprobado que el "boca a boca" funciona.

La idea de convertir la compra del traje de comunión en un compromiso social y solidario va en la línea de las recomendaciones que cada año realizan algunas diócesis españolas para que el sacramento de la Primera Comunión no se convierta en un "pase de modelos".

Así lo explica la diócesis de Canaria en un apartado de su web www.diocesisdecanarias.es, que está dedicado concretamente al apartado de preguntas y respuestas. Así, por ejemplo, ante una cuestión sobre "cómo tiene que ser el traje de la primera comunión?", responde que esta celebración "no es un pase de modelos ni un espacio para la vanidad humana" y que, por lo tanto, "hay que tratar por todos los medios de evitar la exhibición y el despilfarro". En el caso de esta diócesis recomiendan el uso de un "sencillo traje de calle".