La ley antitabaco española y su posterior reforma ha acentuado la disminución del número de fumadores aunque no de fallecimientos por esta causa, ya que el tabaquismo "mata pero lo hace a largo plazo", según manifestaron a Efe los neumólogos Lorenzo Pérez y Ruth Pitti.

Explicaron, en una entrevista a Efe con motivo de la celebración el 31 de mayo del Día Mundial sin Tabaco, que el tabaco produce al año en España 54.000 muertes, en el mundo unas cinco millones de personas fallecen por esta causa y, de acuerdo a las cifras de la Organización Mundial de la Salud, en 2030 los fallecidos ascenderán a más de ocho millones.

Para Pérez y Pitti, de la unidad de Deshabituación del Tabaquismo del Hospital Universitario de la Candelaria, en Tenerife, el tabaco "mata, pero mata muy mal, porque lo hace a largo plazo. No te lleva a la tumba sino te arrastra hacia ella".

Lorenzo Pérez indicó que en el caso de que la población dejara de fumar hoy mismo, habría muertes por tabaco los próximos 15 o 20 años y recordó que no hay exfumadores sino fumador "en abstinencia prolongada" que puede durar toda la vida. Cada día que pasa sin fumar es más fácil superar el hábito pero la recaída está en un solo cigarrillo, advirtió el especialista, quien resaltó que el dato positivo es que sólo entre el 24 y el 25 por ciento de la población es fumadora por lo que la gran mayoría de la población no tiene esta adicción. Especificó que la incidencia de la ley antitabaco española no solo se ha visto en la reducción del número de fumadores sino también en que ya no está normalizado su consumo en lugares públicos lo que, a su juicio, es una de las cuestiones mas importantes de la legislación.

Ruth Pitti señaló que el tabaquismo es una enfermedad y en ocasiones dejar de fumar requiere varios intentos.

"Es como el carné de conducir: se puede sacar a la primera pero también a la quinta", afirma la especialista, quien explicó que el perfil del paciente que requiere asistencia médica es el de una persona que ha hecho varios intentos, no lo ha conseguido y por ello se siente culpable.

Además presenta enfermedades asociadas al tabaquismo, tiene rituales relacionados con el consumo del tabaco y puede sufrir trastornos psiquiátricos o psicológicos, lo que hace necesario que el tratamiento del tabaquismo sea multidisciplinar.

Los especialistas recalcaron que la mayor parte de la población deja de fumar sin ayuda médica y subrayaron que los pacientes que llegan a la unidad deben tener claro que no se trata "de quitarse de un vicio sino de tratar una enfermedad crónica que se llama tabaco".

Esa enfermedad tiene un componente físico que se puede ayudar a controlar por medio de fármacos, pero también un componente conductual por lo que, a juicio de Lorenzo Pérez, dejar de fumar no es una decisión puntual sino es un cambio de estilo de vida, de rutinas diarias y de hábitos de vida. Añadió que son mayoritariamente las mujeres las que acuden en busca de asesoramiento médico para dejar de fumar y destacó que el problema de los jóvenes es que no piden ayuda para dejar de fumar y no perciben este hábito como un problema de salud. Abogó por una estrategia global contra el tabaquismo, "que no contra los fumadores"; alabó que el Servicio Canario de la Salud facilite con financiación el acceso a los medicamentos para dejar de fumar y subrayó que el tabaquismo es la única enfermedad crónica que no está cubierta en la cartera de servicios del Servicio Nacional de Salud.

Esto limita mucho el acceso al tratamiento, dijo el especialista, quien indicó que el tratamiento más caro puede costar cuatro euros por día durante tres meses "y ahí se acaba el gasto. Si continúas fumando, el coste es más caro".

Señaló que gran parte del daño que produce el tabaco sobre el tejido pulmonar no se recupera aunque sí en otros aspectos relacionados con la respiración, la tolerancia al ejercicio o el riesgo de padecer determinadas enfermedades como el cáncer. Los neumólogos explicaron que después de diez años de dejar de fumar, el riesgo de padecer un cáncer se iguala al de la población en general.

Sobre el tiempo que se precisa para dejar de fumar, los especialistas subrayaron que depende del paciente y de la motivación que tenga para dar este paso y consideraron que el mejor mensaje para el Día Mundial sin Tabaco es que "dejar de fumar es la mejor opción para la salud".

Lo que sí tienen claro los dos especialistas es que el tabaco es un negocio y el ejemplo más evidente es que las grandes marcas se han metido también en el negocio del cigarrillo electrónico, cuyo uso, afirmaron, según la evidencia científica no es recomendable como alternativa para dejar de fumar.

Al respecto Pérez explicó que los fumadores que lo utilizan lo combinan con el cigarro y no combate, entre otros, los hábitos de conducta relacionados con el tabaquismo.

No obstante, el neumólogo indica que muchos pacientes acuden a la consulta queriendo dejar de fumar pero tras haber comprado el cigarrillo electrónico, por lo que lo que se hace es incorporarlo a una estrategia de abandono del tabaquismo.