El físico Stephen Hawking ha afirmado hoy que se debe continuar viajando al espacio por el futuro de la Humanidad, pues no cree que se pueda sobrevivir otros mil años sin escapar "más allá de nuestro frágil planeta" y por ello "animo y fomento" el interés público en la investigación espacial.

El científico se pronunció de esta manera en la tercera jornada del Festival Starmus que reúne en Tenerife y La Palma a científicos, entre ellos once premios Nobel, y músicos, en una edición que se desarrolla bajo el lema "Más allá del horizonte, un tributo a Stephen Hawking".

Hawking subrayó que hay muchos experimentos ambiciosos programados para el futuro, como cartografiar la posición de miles de millones de galaxias, además de utilizar los superordenadores para comprender mejor "nuestra posición" en el Universo.

Quizá algún día se puedan utilizar las ondas gravitatorias para mirar hacia atrás, hacia el origen mismo del Big Bang, y mostró su convencimiento de que "tenemos que continuar viajando al espacio por el futuro de la Humanidad".

Hawking, que desde el escenario de Starmus impartió una charla titulada "Mi breve historia", señaló que ha sido un tiempo glorioso el que ha vivido haciendo investigación en física teórica, pues "nuestra imagen del Universo ha cambiado muchísimo en los últimos 50 años y me alegra haber hecho una pequeña contribución".

Los humanos, continuó el cosmólogo, no somos más que colecciones de partículas que sin embargo, estamos cerca de comprender las leyes que nos gobiernan "y ese es un gran triunfo".

Recordó Stephen Hawking que trabaja junto a otros investigadores en una nueva teoría sobre la información codificada en el horizonte de los agujeros negros "pero hay que permanecer a la espera" para saber los resultados, bromeó.

La cosmología se convirtió en una ciencia de precisión en 2003 con los resultados del satélite Wmap, que produjo "un mapa maravilloso de las temperaturas del fondo cósmico a una centésima de su edad actual", y en el que se percibe cómo la atracción gravitatoria ralentiza la expansión de una región del Universo hasta que eventualmente colapsa sobre sí misma para formar galaxias y estrellas.

Ese mapa "es la huella de la estructura de todo lo que hay en el Universo", manifestó Hawking, quien señaló que ahora el satélite ESA Planck ha producido otra imagen con una resolución mucho más elevada y con ella quizás se detecte la huella de las ondas gravitatorias, algo así como "tener la gravedad cuántica escrita en el cielo".

El investigador rememoró que nació el 8 de enero de 1942, justo 300 años después del nacimiento de Galileo, aunque calcula que ese mismo día debieron haber nacido otras 200.000 personas en el planeta, y manifestó que a pesar de su desesperante caligrafía los compañeros de clase lo llamaban Einstein.

Ya en el colegio hablaba sobre el origen del Universo y si había en ello intervención divina, y sabía que el corrimiento al rojo implicaba que el Universo se expandía aunque, continuó Hawking, "me di cuenta de que me equivocaba cuando se descubrió la radiación de fondo cósmico".

Cuando ingresó en Cambridge la cosmología en general no era algo todavía muy desarrollado y el joven Hawking se dedicó a leer la teoría general de la relatividad "sin llegar a comprenderla a fondo".

En aquella época fue cuando empezó a darse cuenta de que algo no iba bien; no tenía facilidad para remar ni para patinar sobre hielo y el primer médico que lo trató "se lavó las manos" y no quiso saber nada más de él, de forma que su padre se convirtió en su doctor y él se deprimió al ver cómo empeoraba rápidamente y no sabía si iba a vivir lo suficiente para acabar su tesis.

Era el inicio de su esclerosis lateral amiotrófica y entonces "cada nuevo día era una recompensa", destacó Stephen Hawking, quien alentó a tener curiosidad y por difícil que pueda parecer la vida "siempre hay algo que uno puede hacer bien: lo que importa es no rendirse jamás".