La leprosería o sanatorio situado en la costa de Arico, en la zona conocida antiguamente como El Abrigo, es un lugar que hoy en día levanta mucha expectación tanto entre residentes como en turistas. El aspecto desolador que presenta en la actualidad nada tiene que ver con el que en su día se previó que fuera, más cuando nunca se llegó a utilizar para lo que inicialmente se construyó.

La leprosería, que abarca más de un millón de metros cuadrados, comenzó a ejecutarse a mediados de la década de los 40 y concluyó en la de los 50, recuerda Jorge Juan Rodríguez, quien fuera obrero y último vigilante del sanatorio, antes de que este complejo pasase a manos del Ministerio de Defensa y se convirtiera en una zona de maniobras de los militares.

"La construcción de este lugar quitó mucha hambre y dio mucho trabajo a gente de toda la Isla, tiempo donde cobrábamos seis pesetas al mes", manifiesta Rodríguez, que destaca que "trabajábamos de sol a sol llevando el material que se necesitaba en camellos y barcos".

Señala que el trabajo fue arduo en todo momento y "la iglesia de la leprosería, por ejemplo, se tuvo que derribar en varias ocasiones" porque el material no daba resistencia y entrañaba peligro de derrumbe.

"Además, los barracones que se hicieron eran de bloque de canto blanco que se extraían de minas de Arico" y su peso era elevado, recuerda Jorge Juan Rodríguez con cierta nostalgia sobre la actuación que se llevó a cabo en este lugar.

En este sentido, el proyecto inicial contemplaba áreas exclusivas para personas sanas y otras para enfermos. Además, se preveían comedores, espacios de recreo y residencias, y se especula que en esta "ciudad" podrían haber tenido cabida más de tres mil personas.

Sin embargo, los avances médicos provocaron el abandono del proyecto de la leprosería, que nunca llegó a albergar a ningún enfermo y que quedó a medio construir en algunas partes.

El complejo inacabado pasó por varios ministerios del Estado hasta que llegó al de Defensa, que decide desprenderse de estos terrenos y por subasta pública se hace con ellos un promotor italiano, que pagó más de 17 millones de euros.

La idea que se tiene es que el antiguo cantón militar "se reconvierta a una zona turística de lujo y donde el proyecto inicial, donde seguro que se harán algunas modificaciones, contempla 4 hoteles, 2 campos de golf, un puerto deportivo y una clínica, así como la restauración de la iglesia que se construyó el siglo pasado dentro de la leprosería", manifiesta el concejal de Turismo de Arico, Álvaro Arbelo, quien reconoce que habrá que esperar a la entrada en vigor del PGO para su desarrollo.

A pesar de que existe un proyecto que cambiará la fisionomía actual de todo este entorno, "el sanatorio, tal cual está, es muy atractivo y su singularidad ha propiciado que muchos productores de cine hayan elegido este entorno para grabar determinadas escenas de películas o de anuncios", concluyó el edil del grupo de gobierno.