El Fondo Monetario Internacional prevé que la economía mundial regrese al crecimiento en el primer trimestre de 2010, pero advierte de que las consecuencias sociales todavía se sentirán durante más tiempo.

Según dijo hoy el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en un simposio en Marraquech (sur de Marruecos), el punto más bajo de la recesión se alcanzará en el próximo mes de septiembre u octubre, para, a partir de ahí, comenzar a remontar hasta volver al crecimiento positivo en 2010.

Sin embargo, recordó el "desfase" que hay entre el retorno del crecimiento y el pico máximo del paro, por lo que auguró que "esperan bastantes meses por delante hasta llegar a la situación anterior a la crisis".

"El regreso al crecimiento es una cosa y el final completo de la crisis es otra", sentenció, dentro de un simposio sobre las lecciones de la crisis convocada con motivo del 50 aniversario del Bank Al Maghrib (banco central marroquí).

Strauss-Kahn defendió el papel del FMI y de los bancos centrales ante el desplome mundial de los mercados, y entre los retos pendientes destacó "las políticas de limpieza de los activos bancarios, que todavía son difíciles".

En su conferencia, el francés también se detuvo sobre algunos de los principales errores cometidos por los organismos reguladores multilaterales.

"Quizá subestimamos la interdependencia entre las economías, no medimos bien la dimensión real de la globalización. Tal vez nos centramos mucho en los riesgos de las economías emergentes y no en las debilidades de las desarrolladas", reconoció ante un nutrido grupo de representantes de países árabes, africanos y europeos.

Para evitar que se vuelva a producir un fenómeno similar, Strauss-Kahn propuso que los encargados de las políticas económicas de los principales países y organismos mundiales se reúnan "regularmente cada tres meses", de forma que se puedan acometer "acciones colectivas".

Precisamente, a su juicio, ha sido esa cooperación internacional la que ha permitido evitar el desplome del sistema financiero, ejemplificada en el trabajo común que han hecho los bancos centrales.

Asimismo, en declaraciones a Efe, el francés se refirió a la inflación interanual en la zona del euro, que según se conoció hoy, ha alcanzado el cero por ciento, aunque le restó importancia, ya que "con el regreso del crecimiento volverá la inflación"

Acerca de este mismo asunto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, quien también participó en la conferencia, señaló que su institución trabaja con unas expectativas de inflación a largo plazo "que seguirán consistentes con la estabilidad de los precios".

El BCE define como estabilidad de precios una tasa de inflación cercana e inferior al 2 por ciento a medio plazo.

"Las expectativas de inflación han sido excepcionalmente resistentes a alzas repentinas a corto plazo, y nos hemos asegurado de que esto sea así también con una inflación en caída rápida", aseguró Trichet, quien insistió en que sus palabras no implican que el BCE vaya a modificar los tipos pese al dato conocido hoy.

En cuanto al objeto del simposio, la extracción de lecciones sobre la actual crisis, aconsejó dos recetas.

"Por lo que respecta al apoyo directo de los gobiernos al sector financiero, la prioridad hoy día es la rapidez de la ejecución", señaló.

Por otro lado, "respecto a la gobernanza global, insisto en la absoluta necesidad de reforzar la supervisión de políticas macroeconómicas de países y economías importantes".

Las intervenciones de Trichet y Strauss-Kahn estuvieron acompañadas por las de los gobernadores de los bancos centrales de países como Francia, Bélgica, Jordania o Emiratos Árabes Unidos (EAU), todas ellas bajo la égida del Bank Al Maghrib, que este año cumple el 50 aniversario de su fundación por el rey Mohamed VI.