La corrección del precio de la energía en el último año, sumada a la debilidad de la actividad, hicieron que los precios se mantuvieran sin cambios en mayo en los países del euro, por primera vez desde que comenzaron los registros, en 1997.

Según el cálculo adelantado que hoy difundió la oficina de estadística de la UE, Eurostat, la inflación interanual en el área de la moneda única se situó en mayo en el 0%, frente al avance del 0,6% acumulado hasta abril.

Desde que en 1997 comenzó a elaborarse el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) -que aplica un método común a todos los países de la Unión-, nunca antes la tasa de inflación había sido nula en la zona del euro.

La inflación, además, ya ha entrado en territorio negativo en varios países del área, como España, donde, según los primeros datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios cayeron en los últimos doce meses el 0,8%, una tasa que no se había alcanzado antes.

De confirmarse estos datos -el INE publicará sus cifras definitivas el 10 de junio y Eurostat el 16-, el diferencial de precios de España con sus socios del euro se habría mantenido en mayo en ocho décimas.

Alemania, la economía más grande de la Unión Económica y Monetaria, también tuvo en mayo un registro negativo del IPCA, con una caída en relación al mismo mes de 2008 del 0,1%, la primera vez que los precios descienden desde que existen datos comparables, en 1996.

Otros países socios en los que ya conocieron en abril pasado la bajada de los precios son Irlanda (-0,7% respecto a abril de 2008), Portugal (-0,7%) y Luxemburgo (-0,3%).

Esta tendencia generalizada a la baja -cuya principal causa es el abaratamiento de la energía, pero también el de los alimentos- está avivando los temores a la deflación, un escenario que complicaría aún más el inicio de la recuperación en Europa.

Hace un año el precio del barril de Brent estaba ligeramente por debajo de 130 dólares, prácticamente el doble de los alrededor de 65 dólares a que cotiza hoy, lo que explica el fuerte ajuste de la tasa interanual de inflación.

Dado que el crudo siguió subiendo el año pasado hasta tocar techo en julio -cuando rozó los 150 dólares- es previsible que la inflación se siga corrigiendo en los próximos meses.

No obstante, el Banco Central Europeo (BCE), responsable de preservar la estabilidad de precios en la zona del euro, sigue descartando la deflación -que define como una caída generalizada y continuada de los precios que provoca una contracción de la demanda, ante la perspectiva de nuevas las bajadas de precios-.

La institución que preside Jean-Claude Trichet sí contempla que haya registros negativos de inflación puntuales en los próximos meses, pero insiste en que no se trata de una situación de deflación.

El mismo análisis hace el Gobierno español -a pesar de que en España la inflación acumula ya tres meses con tasas negativas-, que no ve "peligro real de deflación" e incide en que, si se descuenta el efecto del petróleo y los alimentos frescos (los componentes más volátiles), los precios registran avances.

En la misma línea, desde la Comisión Europea hacen hincapié en que, una vez superado el efecto provocado por la caída del crudo y los alimentos, los precios "se darán la vuelta".

Bruselas también prevé que la inflación marque tasas negativas algunos meses, pero dejó claro que se trata de una situación "temporal".

La portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios del ejecutivo comunitario, Amelia Torres, se refirió, por último, a la "buena noticia" que supone para las familias más desfavorecidas la moderación de los precios.