Las lluvias que cayeron ayer sobre el Norte de Tenerife, con especial fuerza en el Valle de La Orotava, sólo son comparables en intensidad, aunque no en daños personales y materiales, al histórico aluvión acaecido a finales de noviembre de 1968 en la misma zona. EL DÍA publicaba hace 41 años la crónica de un aluvión -traído de nuevo a la memoria por las lluvias de ayer- que destruyó numerosas viviendas en las barriadas de San Felipe y Carlos Arias, en la ciudad turística, y terminó con la vida de dos personas, una en el Puerto de la Cruz y otra en Santa Cruz de Tenerife.

La crónica de EL DÍA en 1968 cifraba en 40 las viviendas destruidas por la riada, la mayoría en los márgenes del barranco portuense de San Felipe, el mismo que ayer engulló varios vehículos. Además, detallaba un rosario de daños en municipios del Norte, con calles y casas inundadas, carreteras cortadas, derrumbes y cortes eléctricos. El acceso a Punta Brava quedó cortado, se hundió parte de la Calzada de Martiánez y las playas portuenses quedaron anegadas de barro. El techo de una vivienda de la calle Calvo Sotelo tampoco pudo soportar entonces la fuerza del agua, aunque sus moradores no sufrieron daños.

Según publicaba EL DÍA ese año, se registraron 71 litros de lluvia por metro cuadrado, una cantidad muy similar a la caída ayer sobre la ciudad turística.

El ex alcalde del Puerto de la Cruz y ex delegado del Gobierno de España en Canarias, el periodista Salvador García Llanos, recordaba en su blog el pasado día 24 de noviembre de 2008 el 40 aniversario de este aluvión.

García subraya en su página de internet que el temporal produjo una "crecida sin igual del barranco San Felipe", similar a la acontecida ayer, aunque en el caso de hace 41 años se cobró una víctima mortal, arrasó la recién construida calle Blas Pérez González y destruyó viviendas.

Salvador García señala que "estuvo lloviendo sin cesar durante horas. Cundió la alarma y los habitantes de los bloques de las populares barriadas estaban en la calle. La fuerza del barranco arrastraba cuanto se encontraba a su paso".

Lo peor llegó con la aparición de un cuerpo decapitado, "atrapado entre las piedras y un montón de maderas en el barranco de San Felipe", indica el ex alcalde. La víctima era un vecino de Los Realejos, de 40 años de edad.

García relata que algunos vecinos de las barriadas fueron ubicados en un alojamiento provisional del empaquetado de Yeoward, "aunque también se habilitaron otros albergues".

Los daños del temporal de 1968 llegaron también a las localidades de La Orotava y Los Realejos, donde los barrancos de La Playita y La Raya, en La Montañeta, se desbordaron. En el caso del barrio realejero, la fuerza del agua destruyó el campo de fútbol.

"El pleno del ayuntamiento se reunió días después, el 4 de diciembre, en sesión extraordinaria. Era alcalde Felipe Machado del Hoyo -indica García-. El pleno analizó y evaluó lo ocurrido. El acta de la sesión recoge que siete viviendas quedaron literalmente desaparecidas. Las obras de encauzamiento se vieron notablemente destruidas, de modo que el Ministerio de Obras Públicas tomó medidas urgentes para reponer los fuertes del barranco que desaparecieron y garantizar las propiedades públicas y privadas de sus riberas ante futuras crecidas".