Jaime Plensa (Barcelona, 1955), quizás el escultor español más internacional en la actualidad, presenta su montaje "Jerusalem", un canto al amor, en el espacio cultural El Tanque de Santa Cruz de Tenerife, donde permanecerá expuesta al público hasta el próximo 21 de febrero.

El polifacético escultor catalán, además de grabador, ilustrador, creador de elementos y decorados para montajes de teatro y ópera de la Fura del Baus, poeta de las tres dimensiones y filósofo, está muy satisfecho con el escenario en el que presenta esta obra que acaba de ser exhibida en un museo de Michigan (Estados Unidos). El Tanque para él es el espacio ideal para esta instalación, integrada por dieciocho piezas (gongs) suspendidas en el aire y en las que están grabadas una serie de fragmentos de "El cantar de los cantares", obra atribuida al mítico Rey Salomón. "Es el gran poema del erotismo, de la sensualidad, de todo lo que es mental en el amor. Es un homenaje al amor".

Cabe recordar que Jaume Plensa ya tiene una obra suya de forma permanente en Santa Cruz de Tenerife (en la antigua Rambla General Franco, a la altura del Museo de Almeida), "Islas", integrada en la segunda Exposición de Esculturas en la Calle que se celebró en el año 2002. Son 73 cajas metálicas con luz de neón, al parecer fundidas en la actualidad, en las que se leen los nombres de otros tantos grandes artistas.

Usted es muy exigente con los espacios donde va a exponer su obra, ¿qué le ha atraído de El Tanque?

Cuando Enrique Oramas (comisario de la muestra) me propuso esta exposición, y nos mando fotos y tal, te juro que dije sí instantáneamente. Creo que es un lujo de lugar y lo entiendo como un regalo que me hicieron, porque creo que liga muy bien con mi concepto de obra, también. Sería como una catedral industrial, como una catedral de hierro. Ahora que estoy trabajando en un proyecto para una catedral en Inglaterra, es alucinante ver cómo las cosas tienen un punto en común de encuentro y esto, que era un tanque para petróleo, acaba pareciéndose a un edificio gótico de hace siete siglos. Es fantástico, porque te da la visión de que la historia sólo es una, no hay muchas. Y que me propusieran esto para mi trabajo, que está formado de capas, como de sedimentos, fue un regalo.

Uno de sus objetivos es buscar el silencio, ¿por eso le gusta El Tanque?

Claro, qué mejor lugar, porque de entrada es un solo volumen. Me acuerdo que cuando expuse esta obra en el palacio Velázquez, en Madrid, el director esperaba que hiciera una serie de paneles para dividir el espacio y le dije: "No, no, ni se lo ocurra. Saque todo lo que pueda". Tapé con lona toda la luz natural del palacio de Velázquez para crear una oscuridad, y aquí me la habéis regalado. Un solo volumen donde la obra tiene que aguantar por ella misma el lugar. Esto me encanta, y si hay varias obras, que cada obra cree su propio lugar en diálogo con los demás. Este sería el gran lugar que buscamos muchos artistas que necesitamos oscuridad, porque no hay necesidad de manipularla, ya que aquí es natural y su arquitectura es un poco teatral. No hay ningún artificio, es como la caja negra de un teatro donde un artista puede plasmar lo que quiera. Creo que esta obra ha aguantado muy bien el espacio porque es un espacio muy bello, pero muy peligroso.

Esta pieza, que estaba concebida para otro espacio en Mallorca, ¿es una de sus obras móviles, hechas para museos?

Esta pieza es del año 2006 y la hice para el museo de Palma de Mallorca. Hasta hace poco se expuso en un museo de Michigan y ahora está en Tenerife. Aquí es donde mejor ha quedado, porque ha sido un milagro. Hay dieciocho espacios entre columnas, los mismos que el número de gongs que forman la instalación. Es como cuando todas las cosas te salen bien. Además, estuvimos varios días en el estudio con los planos intentando situar exactamente, al milímetro, las piezas y de pronto me doy cuenta y digo: qué tontería, porque así sí que me ato a la arquitectura, porque los gongs están siguiendo todo el círculo de columnas. No hay un lugar extra, es la propia arquitectura. Hoy es un día feliz, de esos que recordaré mucho tiempo. Parece un proyecto específico que estaba hecho para este lugar. Esto no pasa a menudo, porque los artistas no tenemos capacidad de escoger los espacios, es el espacio el que nos escoge a nosotros, y entonces trabajas para que todo quede bien, pero a veces no queda bien, queda sublime.

El mes que viene inauguro una exposición en Dallas, en la Fundación Nasser, en un edificio precioso que hizo el arquitecto italiano Renzo Piano. Me ha pasado un poco como aquí, porque este arquitecto también tiene esta capacidad de crear espacios donde tú puedes crecer. Mucha arquitectura son espacios donde has de luchar, y hay espacios que te ayudan a crecer. El Tanque es un espacio que ayuda a un artista a crecer.

¿Por qué utiliza tantas referencias literarias en sus obras?

Es que a los poetas siempre les he tenido una admiración especial. La poesía no es propiedad de ellos, pero ellos la trabajan de forma especial. Siempre me ha fascinado su actitud ante el mundo. La poesía me ha dado seguridad en mis ideas. Nunca he ilustrado a un poeta, pero cuando hablo de poesía hablo de las patas de mi mesa, de los que me han ayudado a crecer como persona. Me acuerdo que de muy joven pillé a William Blake y leyendo los "Proverbios del infierno", que es una mezcla de cultura popular y alta cultura, no me podía creer que esto existiera. Y que fuera tan próximo a mi sensibilidad, o cuando pillé "Macbeth", de Shakespeare, la mejor definición que se ha hecho nunca de la escultura. Él mata al rey y se da cuenta de que ha matado la posibilidad de dormir. Tocando lo físico está hablando sólo de abstracción. Esto es la escultura en estado puro. O Dante, Goethe... .

Artistas como usted, SusanaSolano o Lucio Muñoz, han "revolucionado" el concepto de escultura, ¿hacia dónde cree que va este lenguaje en la actualidad?

Creo que va hacia algo que estoy deseando que ocurra, que la gente se dé cuenta de que la escultura no es un objeto. El escultor es una actitud con las cosas. La escultura es como una imposibilidad porque sólo puede hablar con lo abstracto, no puede describir lo cotidiano. Ésta es la gran diferencia con el resto de las artes. Lo que pasa es que cuando tocas, tocas mucho. Es tan profundo y fundamental que mueve algo muy telúrico en el ser, algo que tú no puedes dominar. Sería como algo que tenemos muy pegado a la nuca, algo muy ancestral.

Espacio físico de la gente

¿Cuál es el objetivo de sus obras monumentales, apropiarse del mayor espacio público posible?

Sí. La pieza que hice en Tenerife, "Islas", que ahora está apagada porque se ha roto alguna bombilla, fíjate que no ocupa el espacio físico de la gente. He hecho una cúpula con los propios árboles. Esto sí que es un respeto absoluto. El espacio público no es de mi propiedad, es de la comunidad, pero muchas veces hay que insuflarle vida. Hacer algo que abrace, que cree un lugar de encuentro.

¿Cómo definiría su territorio artístico?

Es difícil. Muchas veces he dicho que me he preocupado más de crecer como hombre que como artista. El arte es una consecuencia de tu vida, no una dirección, porque si no te vuelves un amanerado. El arte también es cocina, también es estilo, es técnica que llegas a controlar, pero si la controlas estás muerto. Que cada día no sepas muy bien cómo hacer la pieza es muy importante y que te dediques a crecer tu como persona, con todos tus errores, yo los asumo, si no no hay manera de crecer. Pero que no quieras ser un profesional del arte. Si puedes vivir de él, fantástico, pero acéptalo siempre como un regalo.

¿Cuáles son los modelos en los que toma sus medidas a la hora de plantearse una obra?

Recuerdo la anécdota de cuando le encargaron a Rodin hacer una escultura de Balzac. Lo primero que hizo fue llamar a su sastre para que le diera sus medidas. Es bonita. Y siempre he dicho, y si pudiéramos conocer al sastre del sastre. Yo he basado toda mi obra en la experiencia personal. No me atrevo a hablar de otras cosas. Yo tampoco soy un artista conceptual, en esto soy muy mediterráneo. ¿Qué conozco mejor?, pues yo, mi sombra. Llevo años viéndome en el espejo, arrastrándome, y la sombra me sigue siempre. Si pierdes la sombra estás muerto. Es esta especie de transformación permanente, según como te da la luz eres uno u otro. Por eso mi obra es tan variada de familia. La sombra es también tus raíces. Cuanto más dentro esté de ti, más conoces al otro, porque el otro también se parece mucho en tu interior. En el exterior todo es confuso, difuso...