El alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz, Miguel Zerolo, suspendió en la mañana de ayer el pleno extraordinario que convocara 21 horas antes para aprobar de forma urgente el Plan General de Ordenación, después de que se recibiera una amenaza de bomba en el Centro de Transmisiones (Cetra) de la Policía Local. Tras lamentar este atentando intimidatorio y levantar la sesión de forma inesperada, por primera vez en la historia de la democracia municipal, el alcalde la convocó para el próximo lunes, día 4, lo que despertó una inesperada reacción del numeroso público que abarrotaba el salón, la décima parte del que se agolpaba a las clausuradas puertas del Palacio de los Dragos, donde coincidieron detractores y defensores del documento.

Nada más suspenderse la sesión, el público rompió en un aplauso para, en su mayoría, ponerse en pie, y, gesticulando, corear: "¡Manos arriba, esto es un atraco!".

De forma más remolona que ordenada, como pidiera el alcalde, los asistentes abandonaron el salón, si bien los concejales socialistas y los de Ciudadanos resistieron estoicamente en sus escaños y atendieron a la prensa, en un desafío a la amenaza de bomba que llevó al histórico Antonio Bello (CC) a pedir a los periodistas que salieran, al grito de "¡que es verdad!". En el banco del equipo de gobierno permanecía abatido Norberto Plasencia, que se preguntaba cómo era posible que se aplaudiera una amenaza de bomba.

Minutos, y hasta horas después, la gente siguió concentrada a las puertas del ayuntamiento, como si en el exterior no existiera el mismo riesgo que dentro en caso de explosión, mientras llegaban los Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) de la Policía Nacional. Acababa de esta forma accidentada la segunda de las dos sesiones.

Primer asalto.- La primera se convirtió en una sesión "light", después de que el equipo de gobierno decidiera retirar los expedientes de reconocimiento de crédito para sortear el "fraude de ley" en el que, a juicio de la concejala socialista Marián Franquet, había incurrido CC.

Primero se convocó un pleno con siete puntos. Luego se desgajó el séptimo, la aprobación del PGO, y se incluyó en otro extraordinario y urgente convocado con 21 horas de antelación. La falta del informe de Intervención en los expedientes fue advertida por el portavoz socialista, José Ángel Martín, después de que su escudera en las funciones, Marián Franquet, afirmara que el PSC iba a votar en contra de todos los asuntos.

Las explicaciones, ya fuera del pleno, de Ciudadanos fueron esclarecedoras. El portavoz, Guillermo Guigou, dijo que el equipo de gobierno no había remitido la información con las respuestas de las alegaciones al período final de revisión del PGO, ni poseían el documento que se iba a votar.

Palabra de secretario.- El portavoz del PSC puso contra las cuerdas a Zerolo al interpelar al interventor y al secretario respecto a la legalidad del pleno. Al primero, si había entregado su informe después de la convocatoria; al segundo, Luis Prieto, le preguntó directamente si los actos cometidos "deprisa y corriendo" podrían ser anulables, a lo que el también asesor jurídico contestó que sí. El alcalde terminó por pedir un receso tras la votación (17 a favor, cuatro en contra y dos abstenciones) para aprobar la modificación del Plan de Inversiones anexo al Plan Económico-Financiero en el período 2005-2008.

El PSC "aguó" la fiesta a CC y consiguió ganar la batalla de ayer, otra cosa es la guerra. Aunque sea una barrera psicológica, logró que la aprobación del Plan General se aplace al próximo año. El portavoz socialista interpeló al interventor, José Gálvez, y luego al secretario municipal, Luis Prieto. Del primero logró la confirmación de que los reconocimientos se llevaban al pleno sin el preceptivo informe de Intervención; luego lo bordó el secretario, quien dijo que "era práctica habitual". Pero Martín no se dio por satisfecho y fue al grano: "¿Al no estar toda la documentación estos actos son anulables?". Y Prieto respondió: "Pueden ser anulables".

Y llegó la bomba.- En un pleno con mucha chispa, por el enfrentamiento de bandos del sí y del no al PGO, y con un salón de sesiones a reventar, el alcalde dio por cerrada la primera de las dos convocatorias. La inicial, una soporífera intervención del portavoz para elogiar la gestión municipal que parecía más destinada a noquear al público y aplacarlo de cara del debate del PGO, que se reservó para el segundo "round".

Pero no llegó la oportunidad. Los diez minutos fijados por Zerolo entre una sesión y otra fueron suficientes para que un varón de acento extranjero anunciara a las 10:53 horas al Cetra que a las 11:30 iba a estallar una bomba en el salón de plenos. Según consta en las diligencias, la llamada se realizó desde una cabina de la avenida Benito Pérez Armas.

La falsa amenaza fue considerada por los incrédulos como la tabla de salvación de Zerolo para afrontar el pleno del PGO cuya legalidad cuestionaba la oposición, y dejó en anécdota la ausencia por enfermedad de los socialista s Gloria Rivero y Florentino Guzmán, de viaje en Amsterdam; el rumor de que Ramiro Cuende (PSC) rompería la disciplina de voto para apoyar el PGO o, en el mejor de los casos, ausentarse en el momento de la votación. Eso, sin contar con el líder del PP, Ángel Llanos, capaz de asegurar que ahora Zerolo intentará que Ciudadanos, al menos, se abstenga en el pleno del próximo lunes.