Carmen Dolores Darias Martín es la propietaria del puesto de frutas ubicado en el número 1 del Patio Central del Mercado Nuestra Señora de África. Denuncia que "de un día para otro y sin previo aviso han abierto una gran zanja de tres metros de largo por dos de ancho, con vallas alrededor, justo en la puerta del negocio, lo cual hace que no entre nadie". Como ejemplo, la afectada señala que "la media de venta de un domingo es de entre 1.300 y 1.500 euros y el pasado 3 de enero, cuando empezó el problema, recaudamos 300. Hoy (por ayer), a media mañana no había entrado nadie".

Carmen Dolores regenta el puesto hace unos años, pero su herencia familiar llega hasta el inicio de la actividad, sobre el año 1936. La tradición de casi toda la vida "es colocar la mercancía por fuera para atraer al cliente y ahora me dicen que tengo que esconderla".

"El sábado día 2 por la noche abrieron esta gran zanja por unos supuestos problemas de humedades y el domingo, cuando fui a abrir por la mañana, me encontré con este problema sin previo aviso por mucho que digan que me habían avisado a través de un burofax que dicen que enviaron el miércoles día 30, pero el jueves fue 31 y el viernes 1 de enero", explica Carmen Dolores Darias.

Además de la zanja, que ya de por sí le ocasiona un serio trastorno, la comerciante asegura que "se han llevado algunas cosas como tres estanterías y un carro grande para la compra, objetos que valoro en unos 800 euros".

Así consta en la denuncia que Carmen Dolores Darias presentó en la Comisaría del distrito Sur el domingo 3 de enero a las 16:38 horas. En ella refleja "la sustracción, entre las 16:00 del día 2 y las 06:30 del día 3, de tres estanterías y un carro". Añade que no vio quién fue, pero que cree que los autores son "miembros de la Cooperativa del Mercado Nuestra Señora de África", con los cuales ha tenido "unos problemas desde hace tiempo" y que se siente "acosada por los mismos".

La otra parte

Desde la Cooperativa del Mercado se indicó a EL DÍA lo siguiente: "Es verdad que se ha abierto una zanja, pero avisamos en tiempo y forma, primero a través del controlador que pasa por los puestos. Leyó el papel, pero se negó a firmarlo. Luego, a través de un burofax que tuvo salida a las 14:09 del miércoles día 30 de diciembre, donde se le indicaba que el día 2 comenzarían obras a fin de solucionar problemas de filtraciones en la planta baja del Mercado. Que la zona del pasillo se acotaría y señalizaría, y que se dejaría un tramo para el tránsito de los clientes. Para ello debía retirar las estanterías del exterior, algo que no ha hecho, y le explicamos que si no era así, serían retiradas por el personal de la Cooperativa".

Las fuentes de la dirección de La Recova consultadas añaden: "Los trabajos de las catas son necesarios para comprobar de dónde provienen las humedades de la planta baja. Después de la reforma, por imposición del ayuntamiento, casi no queda ningún puesto con exposición de mercancía al exterior. Eso le solicitamos a esta señora, al menos mientras duren las obras, una semana o tal vez algo más para acabar las catas y reponer el piso, pero no sólo no ha querido sino que la puso junto a las vallas".