La llegada del Barcelona fue multitudinaria. Más de mil personas, y un amplio dispositivo de seguridad, aguardaban al avión de la compañía Privilege que aterrizó en el aeropuerto Tenerife Norte con media hora de retraso -su llegada estaba prevista para las 19:00 horas-. Chygrynskiy fue el primero en recibir el calor de la afición blaugrana de Tenerife al abandonar la zona de recogida de equipajes, Iniesta fue el siguiente, al que siguió Xavi ... Pero el más aclamado fue Pedro Rodríguez, a quien dedicaron algunos cánticos. El tinerfeño reconoció que se sentía muy contento de estar en la Isla: "El recibimiento ha sido increíble".

El entrenador fue otro de los que sintió el cariño. Los aficionados lo recibieron con el cántico: "Guardiola, quédate; Guardiola, quédate...". Entre otras curiosidades, se dio la circunstancia de que los seguidores dejaron sin sillas la cafetería de la terminal y las usaron para subirse en ellas y tener una mejor perspectiva de lo que sucedía. El paso de los jugadores por allí fue fugaz, con lo cual, la multitud de personas que llevaban horas esperando -desde las tres de la tarde los primeros- se quedaron con las ganas de conseguir el autógrafo o la fotografía de su ídolo.

Expectación en Santa Cruz.- Lo mismo ocurrió a la llegada al hotel Silken Atlántida, donde quedó concentrado el equipo. El recibimiento a la escuadra catalana fue más que caluroso. Cánticos de "Barça, Barça" y un griterío ensordecedor fue lo que se pudo escuchar desde el momento en que el vehículo se acercó al recinto. Otro millar de aficionados se agolparon en las dos aceras de la calle Aurea Díaz Flores e incluso en la rambla de la avenida Tres de Mayo más cercanas al recinto. Desde antes de las cuatro de la tarde ya había algunos que esperaban. Estos, como recompensa, obtuvieron una vista privilegiada del corto trayecto que hicieron jugadores, técnicos y demás expedicionarios y que iba desde la guagua hasta la entrada al hotel -no más de veinte metros-. El premio extra fue para quienes se agolparon cerca de los ascensores que, al ser exteriores, permitían ver cómo los jugadores accedían a sus habitaciones.

El primero en bajar del vehículo fue Guardiola. El técnico pasó desapercibido. Los aficionados estaban más pendientes de la salida de los futbolistas. Pedro fue de nuevo el más aclamado. Aunque esta vez Leo Messi le disputó el protagonismo. Entre la multitud resultaba peculiar ver a un grupo de aficionados del Tenerife que, entre tanto seguidor culé, se hacía notar a base de cánticos de apoyo a su equipo. Entrada la noche, los más fanáticos seguían por fuera del hotel.

Quien no viajó con los futbolistas fue el presidente del club, Juan Laporta, quien adelantó su desplazamiento a la Isla y hoy se encontrará con algunos de sus directivos, que estarán presentes en el palco del Rodríguez López.

La visión de Guardiola.- Antes de partir desde la Ciudad Condal y al término del entrenamiento de ayer, Guardiola analizó con naturalidad la inusual coincidencia de dos malos resultados del Barcelona en los partidos ante el Villarreal, en Liga, y el Sevilla, en la Copa del Rey, ambos celebrados en los primeros días de enero. En este sentido, se puso del lado de los aficionados que exigen triunfos cada semana. "Si vas a ver un espectáculo un día, querrás que la próxima vez que lo veas sea igual o más bonito que el otro, y eso mismo pasa en el fútbol", comentó antes de añadir que "no por haberlo ganado todo tenemos el permiso para bajar la guardia. Al contrario, tenemos menos. El público tiene el derecho de exigir al equipo que continúe esforzándose a cada partido y que, como consecuencia, vayan llegando los triunfos".

El entrenador se mostró convencido de que ni el cuerpo técnico que dirige ni los futbolistas de su plantilla han "perdido más crédito o más margen de error" por los citados resultados adversos, al tiempo que garantizó que el equipo le sigue transmitiendo síntomas positivos. "Si yo viese que nos hemos vuelto vagos o perezosos, me preocuparía, pero no es el caso", declaró en rueda de prensa.

Centrado en el compromiso de esta noche, Pep tiró de experiencia para indicar que "los partidos en la Isla siempre comportan un peligro añadido". Para explicarse mejor, apuntó que las visitas al Tenerife traen consigo "viajes largos", así como "unas temperaturas que acostumbran a ser bastante diferentes a las que hay en la Península". Por todo esto, confesó que "siempre nos ha costado arrancar en estos partidos". Al margen de las condiciones ajenas a las cuestiones futbolísticas inherentes, a su juicio, a los choques con el Tenerife, opinó que el conjunto de Oltra cuenta con "muy buenos jugadores, como por ejemplo Nino, Alfaro o Mikel Alonso". También subrayó que "todos los puntos que han conseguido, los han sumado en el Heliodoro".