La orquesta más antigua del mundo, la Staatskapelle de Dresde, dirigida por el maestro Zubin Mehta, inaugurará hoy en la sede de Santa Cruz de Tenerife la XXVI edición del Festival de Música de Canarias, una cita que arrancó el pasado viernes en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas y que esta noche, a partir de las 20:30 horas, ofrecerá el primero de los diez conciertos previstos en la Sala Sinfónica del Auditorio tinerfeño.

En el concierto inaugural convergen dos grandes personalidades, la del director hindú Zubin Mehta, que regresa a Canarias después de veintitrés años, y la del barítono alemán Thomas Quasthoff, uno de los grandes cantantes de su generación, que interpretará como solista los "Kindertotenlieder", esto es, el ciclo de canciones dedicado "a los niños muertos" de Gustav Mahler. Este primer programa se completará con otras dos obras maestras del repertorio alemán para orquesta, las "6 piezas", obra de Anton Webern compuesta en 1909 y dedicada a Arnold Schoenberg, y "Also sprach Zarathustra" ("Así hablaba Zaratustra"), de Richard Strauss, inspirada por la filosofía de Nieztsche.

Pero, además, este arranque de festival permitirá escuchar en la Isla a una de las mejores orquestas del mundo, la Staatskepelle de Dresde, que pese a carecer de la aureola mítica de las formaciones de Berlín y Viena, es sin duda uno de los conjuntos punteros en la historia de la interpretación musical. Richard Strauss es una de sus grandes especialidades, como demuestra el legendario registro dirigido por Rudolf Kempe al frente de la orquesta de la antigua Alemania Oriental.

El público se reencontrará, también, con uno de sus compositores favoritos, Gustav Mahler, representado no por una de sus grandes sinfonías, sino por sus lieder inspirados en la poesía elegiaca de Friedrich Rückert. Mahler escribió las tres primeras canciones del cuaderno en 1901, cuando aún estaba soltero, y las dos restantes en 1904, ya casado con Alma María Schindler y siendo padre de dos niñas. En esa fase de felicidad personal y familiar resultaba impredecible la desolación de 1907, cuando la difteria acabó con la vida de su hija Maria Anna.

Cerrará este primer concierto uno de los poemas sinfónicos más famosos de la historia, el opus 30 de Richard Strauss, popularizado en el inicio y el epílogo del clásico de Stanley Kubrick "2001: Una odisea del espacio".