Miembros del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron al jefe de Seguridad de un hotel de Costa Adeje como presunto autor de numerosos robos con fuerza cometidos en el interior del establecimiento. Los agentes que investigaron el caso tienen constancia de que el citado individuo de 33 años, identificado como J.G.A.H., perpetró, al menos, 24 delitos a lo largo de casi un año.

La intervención fue desarrollada por el Grupo de Robos de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría del Sur de Tenerife.

Durante cerca de 12 meses, dicho departamento de la Policía Nacional estudió las múltiples sustracciones realizadas en distintas habitaciones de un mismo establecimiento alojativo del municipio de Adeje, situado en la urbanización Playa de Fañabé.

Todos los citados delitos tenían un denominador común, que era que las víctimas aseguraban que habían dejado perfectamente cerradas las puertas y ventanas de las habitaciones en las que se hospedaban. Además, después de los robos, ni los turistas ni los agentes observaban signos de que dichas puertas y ventanas hubiesen sido forzadas.

La investigación apuntaba a que el autor de las sustracciones debía ser algún empleado del establecimiento, que se valía de su puesto de trabajo y su conocimiento del funcionamiento del complejo para pasar desapercibido.

Por esa razón, varios dispositivos policiales para identificar y capturar al autor no dieron los resultados esperados en un primer momento.

Finalmente, los investigadores consiguieron apresar al responsable de los diferentes robos, que no sólo era empleado de la empresa afectada, sino que, además, ejercía funciones de jefe de Seguridad en la misma.

De hecho, el ladrón había tenido acceso a parte de la información que manejaba el Grupo de Robos e, incluso, en algunas ocasiones se prestó a colaborar en las pesquisas.

El individuo arrestado confesó haber realizado delitos contra el patrimonio durante un año y explicó que, para acceder a las habitaciones, utilizaba una ganzúa, por lo que no dejaba ningún rastro de forzamiento.

Los policías recuperaron dos ordenadores portátiles, cuatro teléfonos móviles y varios frascos de perfume de conocidas marcas. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el botín fue dinero en efectivo.

Tras la instrucción de las diligencias, el acusado fue puesto a disposición del Juzgado número 4 de Arona.