El padre de Madeleine McCann, la niña británica desaparecida en Portugal en 2007, reiteró hoy que no existen pruebas sobre la posible muerte de la pequeña, cuando se celebra la segunda jornada del juicio contra el ex inspector de Policía luso Goncalo Amaral.

Los progenitores de la pequeña, Kate y Gerry Mc Cann, se enfrentan a Amaral para prohibir definitivamente la venta del libro "Maddie, la verdad de la mentira" (2008), obra del ex inspector que involucra a los padres en la desaparición de la niña y que ya fue retirada cautelarmente por un tribunal luso el pasado septiembre.

Varios testigos de Amaral, que en su mayoría apoyaron la teoría esgrimida en el libro, comparecieron entre ayer y hoy en el Palacio de Justicia de Lisboa, donde Gerry, que ayer guardó silencio, reaccionó esta jornada airado a las preguntas de los periodistas.

"No hay absolutamente ninguna prueba de que Maddie esté muerta", afirmó, después de que se produjeran los testimonios de tres empleados de la Policía Judicial de Portugal que avalaron estas sospechas.

Gerry subrayó que "lo más importante" es que el fiscal apreció que no existen pruebas sobre el fallecimiento de "Maddie" y recordó la imposibilidad de demostrar la implicación del matrimonio británico según relata el libro de Amaral, que relaciona a los McCann en el encubrimiento de una hipotética muerte y ocultación del cadáver de la niña.

Por su parte, uno de los testigos de Amaral, Francisco Moita Flores, ex inspector de la Policía y actual alcalde de la ciudad lusa de Santarém, opinó que el juicio sobre la prohibición cautelar de venta de "Maddie, La verdad de la mentira" es "un atentado a la libertad".

"El libro es una tesis. La verdad absoluta no es de nadie", indicó Moita Flores, quien destacó que "no se le puede impedir pensar a nadie, independientemente de que haya una determinación para archivar un caso".

En la sesión del martes, otros antiguos oficiales implicados en el caso, entre ellos el director adjunto de la Policía Judiciaria (PJ) portuguesa Luis Neves, testificaron y mostraron su convencimiento de que Madeleine falleció y el matrimonio ocultó el cadáver.

Amaral manifestó su satisfacción entonces por haber conseguido los testimonios en el proceso "de todos los inspectores que trabajaron en la investigación" y se mostró "confiado" en que la prohibición cautelar sobre la venta de su libro sea retirada.

No obstante, el ex inspector, que dirigió parte de las pesquisas sobre la desaparición de la niña, no ocultó su desilusión por la declaración del fiscal del Ministerio Público, que indicó que la muerte de la pequeña nunca fue probada.

"Quizá haya falta de coraje político, digamos así (...) Hay un proceso con decenas de indicios de hechos, de coincidencias, de diferencias de testimonios", expuso Amaral.

El litigio entre el matrimonio McCann y Amaral también afecta al vídeo con el título homónimo del libro y que se basa en un documental transmitido por el canal portugués de televisión TVI, donde se divulga la tesis del ex inspector sobre Madeleine.

Asimismo, los progenitores de la pequeña británica presentarán otra acusación contra Goncalo Amaral, debido a declaraciones que consideran difamatorias y por las que solicitan 1,2 millones de euros de indemnización.

El proceso contra el antiguo policía portugués se prevé que concluya mañana sin Gerry McCann, pero sí con Kate, su mujer, que se quedará en Lisboa acompañada de una amiga para comparecer en el tribunal.

Madeleine McCann estaba a punto de cumplir cuatro años cuando desapareció de un apartamento de playa en el Algarve (sur de Portugal) en mayo de 2007.

Los McCann, que declararon desde el principio que su hija había sido secuestrada, fueron considerados sospechosos formales en septiembre de 2007, pero se les exculpó en julio de 2008 por falta de pruebas para sustentar la hipótesis de que la niña hubiese fallecido por muerte accidental.