Los brotes de violencia en las calles de Haití, aunque son casos aislados, presentan un problema de seguridad que dificulta las tareas humanitarias, advirtieron ayer un oficial del Ejército y un funcionario estadounidenses.

El teniente general de Ejército y subcomandante del Comando Sur, P.K. Keen, y el administrador de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), Rajiv Shah, hicieron esas afirmaciones en varios de los principales programas dominicales de la televisión estadounidense.

"Hay casos aislados, pero nos preocupan y tendremos que hacer frente a ese problema. Tenemos que establecer un ambiente seguro para poder tener éxito con nuestra misión de asistencia humanitaria", dijo Keen, quien coordina las actividades de las Fuerzas Armadas de EEUU en las tareas de rescate y reconstrucción

En declaraciones desde Puerto Príncipe, Keen destacó que la seguridad, a cargo de las fuerzas de paz de la ONU, es un "componente clave" para la misión humanitaria que EEUU lleva a cabo junto a la comunidad internacional en Haití.

Keen destacó que EEUU tiene cerca de 1.000 soldados sobre el terreno, sin contar los que se encuentran en ultramar y rumbo a Haití. Se prevé que para este lunes, el país caribeño cuente con la presencia de poco más de 12.000 soldados estadounidenses.

Los saqueos continuaban este fin de semana en la capital de Haití, cuatro días después del devastador terremoto, mientras la policía haitiana, hasta ahora casi ausente, inició un tímido despliegue en los cruces más importantes.

Bandas de jóvenes aprovechan el cierre general de comercios y almacenes y fuerzan sus puertas o ventanas para salir con algo de su interior.

La Policía comienza a comprobar que las temidas bandas criminales de la barriada de Cité Soleil empiezan a reagruparse después de que el seísmo favoreciera la fuga de los presos más peligrosos del país, un fenómeno que podría dificultar los esfuerzos de ayuda, todavía lastrados por el escaso acceso a las zonas más afectadas.

Los saqueos no revisten violencia, y la policía, aunque patrulle por esos barrios, no molesta a las bandas de ladrones, en algunos casos organizados con un vehículo con remolque donde cargan sus mercancías.

En lugar de comercios, todo lo que se vende estos días en Puerto Príncipe se hace en esterillas en el suelo, donde las vendedoras, casi siempre mujeres, ofrecen un puñado de mangos, caramelos o pastillas de jabón.

Los supermercados tienen sus puertas cerradas por miedo al pillaje, y los pocos que atienden a sus clientes permiten el paso de uno en uno. En un gran supermercado casi derruido del barrio acomodado de Petion Ville, las máquinas excavadoras trabajaban ayer para retirar escombros, observados por cientos de jóvenes que esperaban a que se abriera un hueco para penetrar y hacerse con las riquezas de sus estanterías.

Por otra parte, el cadáver encontrado en Haití y que fue identificado con el de la segoviana Pilar Juárez no se corresponde con el de la funcionaria española de la Unión Europea (UE), por un error, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores.

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Ban pide una misión especial

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llegó ayer a Puerto Príncipe, para evaluar personalmente la magnitud de los daños del terremoto del martes e intentar acelerar la distribución de la ayuda internacional a Haití. Ban Ki-moon se entrevistó en la sede provisional de la misión de la ONU (Minustah) con el presidente de Haití, René Preval, y con la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, cuyo país ejerce la presidencia semestral de la UE. En esa reunión, Ban propuso que la UE organice una misión especial a Haití, bajo el amparo de la ONU para llevar a cabo labores humanitarias y de reconstrucción urgente en Puerto Príncipe, capital devastada por el terremoto, según dijo Fernández de la Vega. La vicepresidenta primera del gobierno español, Maria Teresa Fernández de la Vega, anunció la donación de 5 millones de euros para la financiación de proyectos de servicios públicos esenciales y el envío de un buque medicalizado a Haití. La ONU está evaluando la apertura de un corredor humanitario por tierra entre la República Dominicana y Haití, para multiplicar los cauces de distribución de la ayuda.