Dos horas y media bastaron para resumir los 40 años de historia que celebra esta edición del Carnaval la murga trónica Diablos Locos, protagonista de la gala que se desarrolló la noche del pasado sábado en el Auditorio de Tenerife bajo la dirección de Javier Rolo y que contó con las actuaciones de un entregado Pepe Benavente, Morocho Flores, la siempre espectacular comparsa Joroperos y Serenquenquenes, murga ganadora de Las Palmas el año pasado que con un solo tema demostró méritos más que suficientes para pelear este año por el primer premio de Interpretación de Tenerife.

El espectáculo, presentado por Manón Marichal y María José Cámara, reunió a unas 1.500 personas y tuvo como hilo conductor la emisión de más de media docena de vídeos que combinaron emoción y contenido histórico en un espectáculo ágil y dinámico.

La gala arrancó por lo que habitualmente se reserva para el final en este tipo de actos: la presentación de su disfraz para 2010, un traje de mosquetero, como el primero de hace 40 años, pero en color. Un diseño "goloso" para que el jurado de turno le otorgue un cartón de Presentación y, de paso, queden apeados en Interpretación, si la vocalización es tan cuestionable como la del sábado.

Vino entonces el momento más emotivo de la velada: homenaje a Bolodia, la viuda de Tom Carby y "madre" de Diablos Locos, de quien se recordó en otro vídeo su juventud hasta que conoció a Carby, el nacimiento de sus hijos -Maxi y Laly Carbajal- y la etapa más reciente. Bolodia se fundió en un abrazo con sus hijos y nietos arropada por unos ochenta diablos.

Y la gala siguió. La comparsa Joroperos salió entre el público. Su director, Fernando Hernández, entregó un trofeo al director trónico. Luego, Pepe Benavente llegó al escenario arropado por las plumas de Joroperos y con su canción de Carnaval, aunque más popular fue su segunda, "El polvorete", que terminó con patada al viento que recordó las de Tom Carby.

¡Pío, pío! .- Unos geniales Serenquenquenes (Agüimes, 1982) se convirtieron en la primera murga de Gran Canaria que actúa en el Auditorio, un premio para ellos -reconocieron- y un lujo para cuantos escucharon una pletórica intervención que dejó en evidencia, más tarde, a los anfitriones Diablos, más embargados por la emoción de sus 40 años que preocupados en su calidad musical.

Con voces y dicción sensacionales regalaron uno de sus cuatro temas, previsto para fase, según su director, Javier Santana. Se convirtieron en Los Teresitos, murga del chicharrero barrio de San Andrés. Con exquisita crítica irónica, remedaron el ombliguismo murguero al recordar el protagonismo adquirido en la Isla por Pepe Benavente, participante precisamente en esa gala -"está en todas las bodas y cualquier día lo veo en la cama con mi señora"-, lo bien que cantan las murgas chicharreras, sus playas, su Carnaval, su... para luego decir que el único atractivo que tienen es el Teide. Geniales... tal vez porque se disfrazaron de murga de Tenerife con maestría y, en particular, por la complicidad del público. ¡Esto sí que es un pedazo de murga!, le corearon, puesta en pie hasta la plana mayor de ATI, alcalde incluido, que marchó antes de que Diablos cantaran. No fue el caso de Dámaso Arteaga.

Y Diablos pinchó.- Tras otro vídeo, dedicado al maestro Víctor Asensio, salió la murga llamada Diablos Locos. Su primer tema: "Zerolo versus Ángel Llanos, o lo que es lo mismo, Joaquín Sabina vs. Raphael", historia de la ruptura del pacto. El originalísimo planteamiento se diluye con una referencia a un GPS canario, incrustado con calzador, para recuperar el pulso con duros reproches a Zerolo y Llanos por politizar la fiesta.

La dicción de su segundo, "Rajazo 2010", restó esplendor. Preguntaron dónde está el dinero de la Sociedad de Desarrollo, a los imputados de PSC, PP y CC, los 7 años de espera por las viviendas del barrio de La Alegría o Cuesta de Piedra. Lo mejor, su final: homenaje a don Tomás Carbajal.

Se despidieron, desde el orgullo de ser de la Cuesta de Piedra y llegar a cantar en el Auditorio, con la entrega de sus Diablos de Oro y Plata a Jose, "Dinio", y Ángel, tesorero hace 2 años y ex Mamel''s.

Cerraron su lección de historia con su despedida interpretada por componentes de todas las épocas, incluido Aurelio, subido a hombros por sus compañeros. Y es que Diablos, más allá de cómo cante, demuestran como pocos que "murga es humildad", como cantaron. Ellos son siempre trónicos.