Militares fuertemente armados y policías antidisturbios patrullan la ciudad de Jos, en el norte de Nigeria, donde entre 120 y 300 personas, según distintas fuentes, han perdido la vida en los disturbios religiosos registrados desde el domingo pasado.

La sección local de Jos de la organización musulmana Jamatu Nasril Islam (JNI) ha asegurado que, hasta última hora de ayer, se habían reunido 138 cuerpos en la mezquita central de ciudad.

Dos portavoces de JNI, Danjummai Khalid y Hajiya Khadija Gambo Hawaja, señalaron a los medios locales que la gente traslada los cuerpos de los muertos y a los heridos a la mezquita, que se ha convertido en depósito de cadáveres y centro de primeros auxilios.

Los medios nigerianos, que citan diferentes fuentes, ofrecen cifras de entre 120 y 300 fallecidos en los disturbios de Jos, que hoy se encuentra en calma debido a la masiva presencia de fuerzas militares y de seguridad y al toque de queda total, de 24 horas diarias, declarado por las autoridades.

La Cruz Roja nigeriana ha informado de que 4.000 personas se han visto desplazadas de sus hogares por la violencia entre musulmanes y cristianos en Jos, capital del Estado nigeriano de Plateau, pero no ha facilitado cifras de muertos ni de heridos.

Por su parte, la Policía nacional nigeriana, por medio de su portavoz, Yemi Ajayi, dijo hoy que el número de detenidos por los disturbios es de 168 y añadió que sólo puede confirmar la muerte de 13 personas, una cifra ampliamente superada por el resto de fuentes y los medios locales.

La violencia entre las comunidades cristiana y musulmana comenzó el pasado domingo en el barrio de Nasarawa Gwon y se extendió rápidamente a otras zonas de Jos, donde se produjeron incendios y asaltos a locales comerciales.

Tras una jornada de relativa calma el lunes, los disturbios se reanudaron ayer con mayor virulencia, pese al toque de queda total declarado por las autoridades.

En un mensaje televisado esta madrugada, el gobernador del Estado de Plateau, Jonah Jang, condenó a los responsables del conflicto y elogió los "esfuerzos y sacrificios" del personal de seguridad que trata de acabar con los disturbios.

Jang aseguro que los disturbios han sido contenidos y que las autoridades tienen la situación bajo control, al tiempo que agradecía al Gobierno federal de Abuya el envío de tropas y policías nacionales para acabar con la violencia.

La sección estatal del Consejo Interreligioso para la Paz y la Armonía y el Sindicato de Estudiantes de la Universidad de Jos se han unido a las condenas a la violencia.

Por otro lado, desde ayer, el inspector general de la Policía Nacional nigeriana, Ogbonna Onovo, juntos con otros altos cargos policiales, se encuentra en Jos para supervisar las operaciones.

En previsión de posibles problemas, otros estados del norte de Nigeria, una región de mayoría de población musulmana, han puesto en alerta a sus fuerzas de seguridad tras los disturbios de Plateau.

Portavoces de los gobiernos de los estados de Bauchi y Kaduna han señalado que están atentos a lo que sucede en Jos, que sus fuerzas están en alerta y que tomarán "duras medidas" con cualquiera que quiera "causar problemas".

Estos hechos se producen pocas semanas después de los violentos enfrentamientos religiosos en la ciudad de Bauchi, también en el norte nigeriano, donde 39 personas murieron y docenas resultaron heridas en disturbios religiosos.

Previamente, en Jos, donde la mayoría de la población es musulmana aunque hay una importante comunidad cristiana, han tenido lugar graves disturbios por motivos políticos y religiosos, con numerosas víctimas, en los años 2001, 2004 y 2008.

En noviembre de 2008, varios cientos de personas resultaron muertas y miles se vieron desplazadas de sus casas en un brote de violencia que se inició debido al retraso en la publicación de los resultados de las elecciones locales y que desembocaron en choques entre musulmanes y cristianos.

Más de 10.000 personas han muerto en el norte de Nigeria en disturbios religiosos desde 1999, cuando se implantó la "sharia" (ley islámica) en doce estados de esa región de mayoría musulmana del país más poblado de África, con 150 millones de habitantes.