A la hija de tres años de Yurena Donis no le dejan ir en el transporte escolar. ¿El motivo? Según la Consejería de Educación, que a esa edad no es obligatorio, según su madre, que la niña es diabética. Bien avanzado el siglo XXI padecer diabetes puede ser motivo de discriminación en Canarias.

La Asociación para la Diabetes de Tenerife (ADT) ha respaldado la denuncia de esta madre, ya que han constatado por "fuentes muy fidelignas" que a otros niños de la misma edad sí les permiten ir en la guagua escolar.

La madre de esta niña se confiesa desesperada, porque vive "al final de una pendiente, en Las Llanadas" y los cinco kilómetros que la separan del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) de Palo Blanco se convierten en tres horas de ida y otras tantas de vuelta. Además, la familia sólo cuenta con un coche y cuando el cabeza de familia lo necesita para trabajar ella no puede llevar a la niña al colegio, asegura esta madre.

"Todos tienen transporte menos mi hija", se queja Yurena, que también padece diabetes.

El problema en este caso es de la Consejería de Educación, que es quien decide si un menor puede o no ir en la guagua, y no la empresa privada que desarrolla este servicio que, aunque quisiera, no podría aceptarla sin el visto bueno previo de Educación.

Dos inspectores educativos evaluaron el caso de la menor y negaron a la niña este servicio alegando que no era obligatorio. La madre recurrió estas decisiones en un escrito presentado la semana pasada.

La Consejería de Educación aseguró ayer a este periódico que se va a corregir esta situación y que en breve se permitirá que la niña vaya en el transporte.

Además, detalló que se dará una charla al conductor de la guagua y a la cuidadora de la misma sobre diabetes tipo 1 para que aprendan nociones básicas sobre la enfermedad y qué hacer si surge algún problema.

Sin embargo, Yurena asegura que las veces que ha ido a quejarse de forma verbal a la Consejería de Educación algún funcionario le ha llegado a decir "que no es obligatorio llevar a los niños al colegio hasta los seis años".

La niña le pregunta a su madre por qué ella no va en la guagua del colegio y a Yurena se le parte el corazón. "Ya no sé qué excusas ponerle por no decirle que no la quieren en la guagua porque es diabética", explica.

Esta preocupada madre subraya que con el colegio no ha tenido ningún problema. Se mostraron deseosos de colaborar y recibieron al personal de la ADT que les ofreció una charla sobre la enfermedad.

De hecho, la Consejería de Educación informó ayer de que este CEIP ha elaborado un protocolo de actuación propio para atender adecuadamente a un alumno con diabetes.

Fran Darias, gerente de la ADT, se queja de que el caso de Yurena y su hija es sólo uno entre tantos que les llegan.

Más de un colegio privado les da largas para recibir una de esas charlas gratuitas de dos horas sobre diabetes tipo 1; otros ponen problemas con los comedores, las excursiones, o les prohíben hacer deporte.

Por este motivo, Darias exige que, de una vez por todas, se dé el impulso necesario al Plan Canario de Atención a la Diabetes o que, al menos, se elabore un protocolo de actuación en los colegios "ya".

La inmediatez es urgente para paliar algunos casos de discriminación que están sufriendo estos niños en sus centros educativos, "no por maldad sino por falta de sensibilidad", matiza Darias.

Desde hace cuatro años, la Asociación para la Diabetes de Tenerife viene "parcheando" esta situación mediante charlas en los centros escolares de la isla de Tenerife y La Palma. "Personal cualificado en diabetes, de la propia asociación o contratados al efecto, ha sido el encargado de impartir estar charlas formativas que han dado como resultado una mejor integración de los niños con diabetes en su centro escolar", afirma.

Este año, sin embargo, la ADT no ha conseguido los 5.000 euros con los que realizaba este proyecto de asesoramiento en una treintena de centros escolares. "Ninguna entidad a la que hemos presentado el proyecto ha querido financiarlo", explica Darias.

Estas charlas gratuitas tenían como finalidad "sensibilizar" y ofrecer unas nociones básicas al personal escolar sobre "qué hacer y qué no hacer" con un alumno con diabetes.