La Librea de Valle de Guerra que tantas batallas ha librado en el acontecer histórico-costumbrista, ahora ha sido testigo del enfrentamiento entre el autor de dicha obra y la recuperación de la misma, Julio Rodríguez de Castro, y la junta directiva de la Asociación Cultural Amigos de La Librea, que ha dimitido porque Castro sólo quiere que la citada representación se haga de la forma más auténtica posible, pues en los últimos años la dicha asociación ha ido introduciendo o quitando cosas que alejan la Librea del valor que contribuyó a que fuera declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Como ejemplo, Julio Rodríguez señaló que "en 2009 intentaron quitar de la representación la figura histórica de Cervantes y que no respetaron el que la ofrenda a la Virgen se hiciera a los pies de la misma, sino desde los barcos, lo que no se corresponde con la tradición".

Trasfondo político

Miembros relacionados con esta tradición dijeron que, "con falsas excusas y un trasfondo político que pudiera buscar la división de los vecinos de Valle de Guerra, la junta directiva de la Asociación Cultural Amigos de La Librea presentó la dimisión en el transcurso de una acalorada, desordenada e irregular asamblea anual de socios".

Aunque el orden del día "no parecía -prosiguen los denunciantes- presagiar el desastroso resultado final, la mala fe, la inexperiencia y la incapacidad de la junta directiva para gestionar la asociación cultural responsable de celebrar la centenaria tradición de La Librea, desembocaron en un intento fallido de división del pueblo, pretendiendo la ocultación de su incapacidad gestora mediante una actuación de sospechosa intencionalidad política".

Al abordar el tema de La Librea de este año, Julio Rodríguez explicó cómo con la representación de su obra se pudo recuperar en 1982 la tradición de La Librea, abandonada 11 años antes, y que tras 28 años ininterrumpidos ha permitido celebrar el evento iniciado en la primera década de 1600 en el pueblo fundado por Fernando Lope de la Guerra, para exaltar a los héroes canarios que vencieron a los turcos en la Batalla de Lepanto de 1571, en honor de la Virgen del Rosario.

Explicó que La Librea ha sido sometida a recortes, adaptaciones y adulteraciones del texto originalmente escrito, lo que, a juicio de Julio Rodríguez, "desnaturaliza la esencia de la obra, descontextualiza la simbología en el acto representado, que pone en peligro de desaparición la propia Librea.

Los miembros de la junta directiva preguntaron al autor si no permitiría más recortes ni manipulaciones del texto, y ante la respuesta contundente de aquél exigiendo el justo respeto para su obra, los miembros de la junta -dice Castro- "arremetieron contra mí, acusándome de buscar protagonismo, lo que fue secundado sospechosamente por algunos socios que perdieron las formas".

Los miembros de la junta directiva comunicaron su dimisión, reforzando su decisión con acusaciones al Ayuntamiento de La Laguna de dejarlos "solos" y negarles colaboración para el buen funcionamiento logístico".