"El formato actual de elBulli se ha acabado", ha sentenciado el reconocido como mejor chef del mundo, Ferran Adrià. Lo ha anunciado en Madrid Fusión en una sala en la que se arremolinaban casi 300 periodistas. El rumor estaba en el aire desde hacía semanas, ¿se retirará? Hace algunos años, el cocinero había apuntado que a partir de 2012 todo cambiaría. Y lo que dice, lo cumple, pero preservando siempre el espíritu que le ha hecho revolucionar la cocina mundial. La sorpresa. La sonrisa de Adrià predecía su felicidad. Tras hablar con todo su equipo y con sus más allegados llegó a la conclusión de que no podía retirarse, porque, ante todo, se encontraba su compromiso con la cocina española y con el movimiento culinario que abandera. Además, "aún me quedan quince años al menos de creatividad". Así que sólo será un punto y seguido. Elbulli permanecerá cerrado dos años, 2012 y 2013, pero no inactivo. Todo lo contrario. Se dedicará únicamente a la creatividad y a la reflexión para que, a partir de 2014, nazca un nuevo concepto. Aún ignora cómo será, pero las elucubraciones están servidas. "Nuestro reto es ir más allá. En mi cabeza tengo 50 ideas, pero no quiero especular ahora". Sin embargo, sí ha dejado claro que será un lugar en el que se dará de comer. ¿Para cuántos? Lo ignora, ya que asegura que disfruta tanto cocinando para uno como para muchos. En la sala repleta de periodistas, surge el escepticismo. ¿Pero seguirá acudiendo a Congresos? ¿Y qué contará en ellos? "Mi participación en congresos es un compromiso, aunque para el próximo necesito que me concedan cuatro horas para explicar todo con detalle", apunta Adrià. Uno de los periodistas extranjeros fue directo: ¿Abandona por las críticas que ha recibido por la utilización de aditivos en su cocina? Adrià sonríe. "Llevo 25 años entre el ying y el yang. Desde 1987 me critican". Entre los colegas de profesión, comprensión. Quique Dacosta ha calificado la decisión de Adrià de "generosa", pues ha sido un cocinero que siempre ha creado y ha donado sus ideas al resto. Pedro Subijana considera que un hombre que ha llevado el nombre de España por todo el mundo necesita apoyo. Y su amigo Arzak, con sus bromas de siempre, le propone que tras el cierre del restaurante pueden abrir un bar en el que trabajen los dos. Adrià asegura que escuchará a todos, como hizo cuando diseñó su participación en la Documenta de Kassel. Y, tras su anuncio, lo que desprende es alegría. Agita las manos y abre los brazos. El cambio le ilusiona. Se nota. Mejorar es cambiar.


Periodista tinerfeña