La editorial Demipage "rescata" el último sueño literario del escritor palmero Félix Francisco Casanova, fallecido a los diecinueve años de edad en extrañas circunstancias el 14 de enero de 1976, con la inminente publicación en Canarias y en el resto del territorio español de la novela "El don de Vorace", obra que el creador nacido el 28 de septiembre de 1956 acabó en cuarenta y cuatro días y que presenta como argumento la inmortalidad del ser humano. El donostiarra Fernando Aramburu, autor del prólogo de un proyecto literario que llegará a las librerías del Archipiélago a partir de la próxima semana, reflexiona en torno a un comentario que lleva la firma del padre del joven canario, el médico y poeta Félix Casanova de Ayala, en el que éste hace pública la admiración que profesa por su hijo. "Solía sorprenderme con frases insólitas que yo me preguntaba dónde podría haber leído. Eran giros sueltos, casi surrealistas y esotéricos, cuyas fuentes me era imposible inquirir en ninguno de los libros de mi biblioteca que pudiera caer en mis manos", dijo el prestigioso odontólogo sobre la actividad de un escritor que ganó los galardones Julio Tovar de Poesía (1973) y el Benito Pérez Armas de Novela (1974) antes de morir.

Talento en estado puro

Félix Francisco era un niño cuando empezó a escribir poesía. Los que lo conocieron aseguran que era una persona fuera de lo común. Su hermano, José Bernardo Casanova, no ahorra elogios a la hora de describir sus experiencias junto a él: "le costó desprenderse de su etapa de niño porque entendía que la vida era como un juego y él se la tomaba con muy buen humor", describió.

"No soy yo quién tiene que valorar cómo ha influido su poesía en las letras canarias, pero sí que ha sido un autor olvidado", reconoció a este periódico José Bernardo Casanova. Sobre la iniciativa editorial que ha puesto en marcha Demipage, sus comentarios los dirige a la difusión que puede tener la obra de su hermano treinta y tres años después de su inesperada desaparición. "La literatura de Félix ha tenido su reconocimiento en Canarias y sería importante que su producción tuviera su eco en la Península. Es posible que a su obra no se le haya tratado bien, pero proyectos como este sirven para que no se olvide lo que hizo", dijo antes de adelantar que es "posible que se acometan experiencias parecidas a la de El don de Vorace con una antología de poesía y otras obras de Félix".

A los diecisiete años se adjudicó el principal premio de poesía que se concede en Canarias, el Julio Tovar, con "El invernadero", y un año más tarde, en 1974, ganó el Pérez Armas de novela con "El don de Vorace". Un mes antes de su muerte, Félix Francisco Casanova conquista otro concurso literario organizado por el periódico La Tarde con el contenido de su poemario "Una maleta llena de hojas".

El Cabildo de La Palma y EL DÍA son los promotores de los premios Félix Francisco Casanova, que en su XXXIII edición, fallada en el mes de diciembre de 2009, distinguió a los jóvenes Kenia Martín Padilla, en la modalidad de poesía ("La esencia mordida") y al escritor checo Tomás Duraj, en el bloque de narrativa ("Sol").

"Es un honor que estos premios lleven el nombre de mi hermano porque es una manera de no olvidar lo que ofreció a la literatura", comentó José Bernardo Casanova.

El "juego" del suicidio

En "El don de Vorace" Casanova juega con Bernardo Vorace, un personaje que va ganando confianza a medida que fracasa en sus intentos de suicidio. Un agujero de bala en la sien no logra poner fin a una agonía por anular su existencia.

Bernardo Vorace se transforma en el "cómplice" perfecto de Félix Francisco Casanova para describir episodios macabros, escenas irracionales, actos irracionales y pesadillas que son un derroche de imaginación. La sensación de inmortal de Vorace es algo que llama la atención del poeta palmero, quien recurre en muchos textos a la relación entre la vida y la muerte y la importancia del agua.

"Comprendo el final novelesco que se creó alrededor de su muerte, pero mi hermano era un joven que estaba lleno de vida", señaló José Bernardo en referencia al hallazgo del cadáver de Félix en el cuarto de baño en el que se estaba dando una ducha. "No hay nada que nos asegure que pudo tratarse de un suicidio. Más bien todo lo contrario, antes las conducciones de gas se encontraban en el interior de las casas y la obligación de trasladarlo a un espacio abierto se produjo más tarde", comentó Casanova.

Además de "El don de Vorace", la editorial Demipage está trabajando en la publicación de un diario precoz del escritor nacido en la Isla Bonita. "Murió en la ducha y el agua le obsesionaba, pero Félix estaba lleno de vitalidad. Algunas de sus reflexiones dejaban en el aire respuestas difíciles de entender, pero era un ser extraordinario", destacó su hermano de un autor que, además de "El invernadero" y "El don de Vorace", se ganó una magnífica reputación con "Una maleta llena de hojas", que fue la segunda parte de "La memoria olvidada" (póstumo, 1980), "El sumidero", "Espacio de hipnosis", "Nueve suites y una antisuite", "Invalido las reglas" y "Ocioso en los amaneceres". Hiperión editó en 1990 una colección de poemas de Félix Francisco Casanova que está incluida en "La memoria olvidada. Poesía".