La Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, en su sección para las Islas Canarias, ha tomado como sede la ciudad de La Laguna y más concretamente la iglesia de los Dolores, mientras que las reuniones tienen lugar en las Casas Capitulares. Es probable que, cuando terminen las obras, la orden se ubique definitivamente en la Catedral de La Laguna.

El ecónomo de la Diócesis de Tenerife, Julián de Armas, fue investido caballero de la orden el 7 de noviembre del pasado año y ahora ha sido designado prior de la sección de las Islas Canarias.

El primer contacto que podrán tener los habitantes de La Laguna y de toda la isla de Tenerife será el próximo domingo, pues, a las 13:00 horas, en una misa en la iglesia de La Concepción, los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro se presentarán ante la sociedad con sus túnicas blancas con una cruz bordada de color rojo.

Los actos de dicho día comenzarán, sobre las 11:00 horas, con una reunión en las Casas Capitulares a la que asistirá una representación de la sección de la Archidiócesis de Sevilla. En este encuentro se tratarán temas como, por ejemplo, la potenciación de la orden y captación de nuevos miembros y la organización de una peregrinación a Tierra Santa para, entre otras cosas, tener un encuentro con el Papa, Benedicto XVI.

El prior, Julián de Armas, anunció que la primera vez que los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro participarán en una procesión será en la Semana Santa de este año, acompañando al paso del Señor Difunto.

Sobre su nombramiento, Julián de Armas dijo: "Con gran ilusión recibí este nombramiento, pues desde hace 40 años estoy vinculado con ese lugar especial del Mundo que es Jerusalén y toda la Tierra Santa. He llegado a conocer esa tierra, amarla y trabajar por ella. Desde la orden seguiré más vinculado a ese trozo del planeta en el que Jesús, Hijo del Dios vivo, puso sus pies para traer a la humanidad palabras buenas y nuevas".

El presidente de la sección de Canarias de la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén es Rafael Hardisson Rumeu.

Esta orden fue fundada en el año 1099 por Godofredo de Bouillon, primer Rey cristiano de Jerusalén. y tenía como finalidad la defensa de los santos lugares y en concreto del Santo Sepulcro. Los caballeros eran investidos como tal en el Santo Sepulcro y participaron muy activamente durante siglos en la defensa de Tierra Santa, junto con cruzados llegados de otros países.

Años después, hacia 1112, se implantó la Orden en España, teniendo sedes en Toro y Calatayud. Adquirió una gran importancia con numerosas propiedades en toda la Península y participando igualmente en la reconquista.

Una gran expansión

En la actualidad, la orden, cuyo jefe soberano es el Santo Padre, tiene su sede en Roma y se encuentra establecida en más de 48 paíes. Cuenta con cerca de 20.000 miembros y su actividad está centrada en la ayuda a Tierra Santa (Israel, Palestina, Jordania y Siria).

Dicha ayuda se canaliza a través del Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Sabbah, y consiste en el desarrollo y mantenimiento de escuelas, hospitales, parroquias, centros de formación profesional y universidades.

En España, la Orden cuenta condos capítulos. El de Castilla y León, cuya sede está en Madrid, y dispone de más de 300 miembros y varias delegaciones.

Está regido por el Consejo del Capítulo a cuyo frente está el lugarteniente, el marqués de Casa Riera, ostentando el Collar de la Orden los Reyes de España, que durante muchos años han sido sus protectores.

Julián de Armas explicó que los objetivos de la Orden del Santo Sepulcro son robustecer en sus miembros la práctica de la vida cristiana con base en la caridad; sostener y ayudar a las obras y las instituciones de culto, caritativas, culturales y sociales de la Iglesia Católica; velar por la conservación y la propagación de la fe en Jerusalén y sostener los derechos de la Iglesia en Tierra Santa.

Julián de Armas resaltó que "la orden, por su naturaleza y por sus finalidades esctrictamente relgiosas y caritativas, es extraña a todo movimiento o manifestación de carácter político.