Los científicos están sorprendidos porque la presencia del dióxido de nitrógeno, producto de la descomposición del óxido nitroso, que contribuye al calentamiento de la Tierra, disminuye en la estratosfera, cuando lo que se esperaba era que aumentara, dijo en una entrevista a Efe Manuel Gil, del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).

Manuel Gil, que es director del área de Investigación e Instrumentación Atmosférica del INTA, explicó que en los veinte años que se lleva estudiando los llamados gases minoritarios, que son los que tienen influencia en la destrucción de la capa de ozono, comienzan a tener tendencias y se han encontrado con la citada paradoja.

Es una paradoja porque la concentración de óxido nitroso (N2O), que tiene una vida muy larga, de más de cien años, está muy medida a nivel del mar por cuatro centros de investigación y su aumento tiene una cadencia del 0,25 por ciento al año. Por ello, los científicos esperaban encontrar que en la estratosfera se produjera un aumento, y sin embargo se produce una disminución, lo que ha desconcertado a los investigadores, el director del área de Investigación e Instrumentación Atmosférica del INTA.

Manuel Gil comparte con otros científicos la hipótesis de que la cantidad de óxido nitroso en la estratosfera también está condicionada por el transporte de los gases del Ecuador al Polo.

Y es que si hace un tiempo se pensaba que los gases de la estratosfera procedían sobre todo de las capas superiores resulta que su procedencia es la superficie terrestre, y, añadió Manuel Gil, la mayor parte de los gases entran a la estratosfera por los trópicos y, en particular por el continente oceánico.

En esa parte del mundo se forman nubes "espectaculares", de hasta quince mil metros de altura, que inyectan aire caliente hacia la estratosfera y arrastran los gases de la superficie terrestre.

Pero se trata de una hipótesis, insistió Manuel Gil, quien agregó que todo está por demostrar, ya que para establecer una tendencia se precisa tener datos de más años, y además hay que estudiar la velocidad del transporte y eso no puede hacerse de manera directa, sino que es necesario obtener datos de manera indirecta, por la influencia que tienen.

En la obtención de datos participa el INTA con aparatos instalados en el Observatorio Atmosférico de Izaña, de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en Tenerife, que fue el primer centro del mundo ubicado en latitudes bajas para medir el óxido de nitrógeno (NO2).

Los instrumentos instalados en Izaña forman parte de la red internacional de más alta calidad, la Network for Detectión of Atmospheric Composition Change (NDACC), para estudiar en la estratosfera la evolución de gases con el tiempo y estudiar las tendencias.

Las mediciones las realizan en la estratosfera porque la densidad del aire es muy baja y la concentración de los llamados gases minoritarios es muy pequeña, de forma que en cada millón de moléculas de aire hay una de gas.

Para mediar la presencia de gases como el ozono hay otras técnicas más sencillas, lo que no ocurre con gases como el dióxido de nitrógeno, que es abundante en los lugares contaminados pero en la estratosfera está en concentraciones muchísimo más bajas, indicó Manuel Gil.

Los estudios se hacen desde zonas elevadas porque si se hace a la altura del suelo y se está en un lugar contaminado no se sabe lo que se mide realmente.