El Grupo de Ciencias Planetarias de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU) asegura que Júpiter, gracias a su mayor gravedad, protege a la Tierra del impacto de astros de entre medio y un kilómetro de diámetro capaces de provocar un "enorme cataclismo", ha informado hoy la universidad vasca.

Este grupo de científicos, en colaboración con un equipo norteamericano, ha sido el primero en publicar -en la revista Astrophysical Journal Letters- los resultados del impacto, el pasado 19 de julio, de un astro en Júpiter, que no se pudo ver desde la Tierra por producirse en su cara oculta y que se detectó por la aparición de un nube muy negra de unos 5.000 kilómetros, rodeada por un halo de hasta 8.000 kilómetros, casi el tamaño de la Tierra.

El equipo científico, dirigido por Agustín Sánchez Lavega, ha determinado el tamaño de la nube que originó el impacto y su desplazamiento por los vientos de Júpiter, que se ha producido de una forma similar a cómo se ha movido la nube de cenizas volcánicas procedente de Islandia.

Para estos científicos, la caída en Júpiter de astros de entre medio y un kilómetro de tamaño, como los cometas y los asteroides, es más frecuente de lo que se pensaba, ya que hasta ahora se creía que se producía en periodos que van de los 50 a los 250 años y ahora se sospecha que se dan cada 10 ó 15 años.

Si un astro de este tamaño impactara contra la Tierra produciría un "enorme cataclismo".

"Afortunadamente, cerca nuestro hay pocos objetos de este tamaño y, en cierto sentido, Júpiter es un paraguas protector, ya que con su enorme gravedad atrae fuertemente hacia sí los objetos errantes del sistema solar que pasan por sus proximidades", han explicado los miembros del equipo de investigación astrofísica de la Escuela Superior de Ingeniería de Bilbao de la UPV-EHU.