María José Guerra, directora del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres de la Universidad de La Laguna (ULL), considera que "nuestra sociedad no ha resuelto el tema de la igualdad entre hombres y mujeres". Y esto ha provocado como consecuencia que las mujeres retrasen su maternidad por "las dificultades para asentarse en el mercado de trabajo". "Sobre todo por la precariedad laboral: las mujeres que no tienen cierta estabilidad tienen que postergar el ser madre", explicó la experta.

Las cifras sobre esta postergación de la maternidad hablan por sí solas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 1992 la edad de nacimiento del primer niño era de 20,31 años y en 2006 ya era de 27,15. Respecto a la edad media de la maternidad, el 38,45% de las madres tenían entre 25 y 29 años en 1991 y el 27,93% ya se encontraban entre los 30 y 34. En 2006, la cifra de las primeras había caído al 23,37% y las de las treinteañeras había escalado hasta el 38,41%. Por no hablar de las que se encontraban en el tramo de 35 a 39 años, que pasaron de ser poco más del 8% al 21,45%.

María José Guerra asegura que a la precariedad laboral se le suma la necesidad de "políticas sociales de apoyo a las mujeres que quieren ser madres". "En Canarias hay un déficit enorme de escuelas infantiles, la mayoría son privadas, y hay muy pocos equipamientos", añadió, para indicar que mejorar estos servicios es el primer paso para conciliar la vida laboral y familiar.

Medidas como el cheque-bebé, que el Gobierno ha anunciado que va a retirar para tratar de contener el gasto público tampoco son más adecuadas para fomentar la maternidad, en opinión de esta profesora universitaria. "Me parecen más progresistas las medidas que tienen que ver con la situación completa de cada familia", considera.

Aunque esta entrevista se realizó antes de que el Gobierno decidiera retirar el cheque-bebé, la directora del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres apuntaba que en los estados nórdicos las políticas sociales han tenido un papel muy importante en el aumento de las tasas de natalidad.

En España, a pesar de que medidas como la normalización de la escuela infantil de cero a tres años formaba parte del programa electoral del PSOE, la actual coyuntura económica no parece que vaya a permitir impulsar ninguna acción en este sentido.

Pero al margen de las ayudas económicas estatales, "el gran problema es que se habla mucho de la maternidad y poco de la responsabilidad de la paternidad". Guerra explica que es cuestión de "corresponsabilidad" en el cuidado de los hijos, y también de otras personas dependientes. "En la práctica, los trabajos y tareas de los cuidados" recaen sobre las mujeres. Las familiares o, si éstas no pueden, mujeres inmigrantes.

Las inmigrantes que asumen labores de cuidado de ancianos o niños dejan a su vez atrás a sus propios hijos, que quedan al cuidado de otros familiares. Se produce "una fuga de afectos" y un nuevo modelo de familia "transnacional", que se mantiene en contacto a través de internet.

En el fondo de todos estos problemas relacionados con la maternidad y el cuidado de los otros, esta experta considera que existen problemas laborales. "Hay un retroceso enorme de derechos laborales, cada vez hay más precariedad, más inseguridad... La cultura del trabajo no tiene en consideración otras dimensiones de la vida como la maternidad", argumenta.