La consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro, ha solicitado a los jueces que tengan más en cuenta el uso de las pulseras electrónicas contra el maltrato, que podrían haber evitado la muerte de la última víctima por violencia machista asesinada ayer en Pinos Puente (Granada).

En la clausura del programa de formación Cualifica, destinado a mujeres que han sufrido violencia machista, Navarro ha instado a "no bajar la guardia" y reflexionar sobre el uso de las medidas de protección más adecuadas para cada caso, ya que en este último asesinato la víctima gozaba de teleasistencia y no fue suficiente.

"Hay casi 3.000 pulseras disponibles en toda España, y tan sólo se están aplicando unas 300", ha señalado la consejera, quien insiste en la aplicación de esta medida que sirve para detectar con "al menos mil metros de distancia, la cercanía del agresor porque empieza a pitar cuando éste se acerca a la víctima".

Según Navarro, si la víctima hubiera llevado la pulsera podría haber tenido tiempo de pedir ayuda, pues en casos como éste, donde la víctima estaba rodeada de gente, "la teleasistencia no funciona, ya que se pulsa el botón cuando el agresor está enfrente".

Ha insistido en que muchas mujeres minimizan el riesgo que atraviesan y ha instado a los jueces a que ordenen el uso de las pulseras y que apliquen las medidas más efectivas para cada circunstancia.

Navarro ha señalado que a la víctima de Pinos Puente (Granada) se le ofreció una casa de acogida, que finalmente rechazó por considerar que no sería necesario, y ha añadido que hay que ver el nivel de riesgo, ya que "una orden de alejamiento se puede romper en menos de veinte segundos", el mismo tiempo en el que se produce un asesinato, ha precisado la consejera.