EN LOS ÚLTIMOS tiempos algo se mueve, parece que en situaciones de crisis se agudiza la imaginación, claro que tenemos que pensar en la diversidad de propuestas e ideas, casi tan amplia como voceros hay.

Hemos pasado desde los "brotes verdes" hasta una de las situaciones más comprometidas que se recuerdan desde la segunda mitad del pasado siglo. Voces emergentes de la actividad política venían denunciando lo que la mayoría de ciudadanos medianamente informados ya sabían, que, por mucha ingeniería financiera que se aplique al desarrollo económico, tarde o temprano se impone una verdad de Perogrullo: no se puede gastar más de lo que se ingresa.

Una vez allanado el camino por quienes se atrevieron a resaltar la evidencia, ahora parece que casi todos los partidos políticos han caído en la cuenta. Desde el Gobierno de España, el ministro de Fomento habla de eliminar los consistorios con una población inferior a 15.000 habitantes, mientras en Canarias el incombustible alcalde de Santa Cruz habla de comarcas para unificar ayuntamientos y nos dice que él ya encargó un estudio al Sr. Lasso en 1993. Me pregunto qué ha pasado en esos 17 años, que no habíamos oído una palabra más del Sr. Zerolo.

La prensa se hace eco, se habla de crear comarcas bajo el nombre de menceyatos. Suponemos que en una reforma de la estructura administrativa, que en cuanto a los municipios alcanzará a todo el Estado, las administraciones resultantes seguirán siendo municipios aunque se llegue a acuerdos sentimentales sobre su nueva denominación. De todas formas serían jocosos los posibles nombres: menceyatos, guanartematos, etc.

Edificante siglo XXI nos están inventando nuestros próceres, los mismos que lideraron la segunda parte del XX; ahora se renuevan y reinventan para seguir en la poltrona. Todo esto no deja de divertir y sobre todo entretener al atribulado ciudadano, "pan y circo de la antigua Roma", que, recordemos, una de las causas de su declive fue su desaforado déficit.

España, con una población de 46.951.532 habitantes, tiene varios niveles de administraciones cuyo fin y justificación es dar servicio al ciudadano. Empecemos por los municipios. En la actualidad hay 8.114 municipios, incluido el de El Pinar, en El Hierro, con un variado rango de número de habitantes y de extensión territorial. Las provincias suman 50, las comunidades autónomas 17; a ambas hay que sumarle las dos ciudades autónomas. Sin hacer un exhaustivo recorrido por los órganos para regir estas administraciones, Consejo de Estado, Tribunal de Cuentas, ministerios, defensores del pueblo, consejos consultivos, etc., por nombrar los primeros que se vienen a la cabeza, y que tienen sus homólogos en cada uno de los gobiernos autónomos. Del mismo modo tenemos 19 cámaras legislativas, Congreso y Senado, Cortes Generales donde reside la soberanía del reino y 17 cámaras autonómicas. No olvido las diputaciones provinciales, cuyos gestores no son elegidos en sufragio, y los cabildos insulares. Pido al lector interesado en el tema que "busque, lea y compare" con otros Estados europeos en relación con su número de habitantes.

Llegados a este punto, sí parece necesario una reorganización en aras de una mayor eficacia y una disminución del gasto. Sólo recordar que el paso de una economía donde ha primado el empleo burocrático a una economía donde prime el trabajo productivo no se podrá hacer sin una planificación a medio plazo. Lo contrario produciría más distorsiones de las que estamos sufriendo en el mercado laboral. Para ello, y dado el estancamiento del empleo, parece que habrá que primar la iniciativa de emprendedores.

El número de ayuntamientos debe y puede disminuir con una planificación a medio plazo y las pertinentes reformas sometidas al Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales. No hará falta para ello ninguna reforma constitucional, sólo el dictamen del Consejo de Estado.

En Tenerife parece conveniente una reducción de los 31 municipios actuales. Por un lado, la vertiente norte es ya, prácticamente, un continuo urbano; y por el sur, la costa de El Rosario y Candelaria son ya un conjunto urbano unido al área metropolitana.

No parece descabellada la idea de 9 municipios, o incluso alguno menos, para resolver las necesidades de una población de 899.833 habitantes en un territorio de 2.034,38 km². Lo mismo valdría para el resto de Islas. Por ejemplo, en El Hierro, con una población de 10.753 habitantes, no parece que fuese necesaria la creación de un tercer municipio con sólo 1.874 habitantes censados. No es arriesgado pensar que una administración insular con oficinas descentralizadas fuese suficientemente eficaz para resolver las necesidades de tan escasa población, con la salvedad de que la Constitución contempla específicamente los municipios como administración más cercana al ciudadano.

El problema de una reorganización administrativa de este calado es que tiene que contar con el máximo número de partidos. Algunos todavía no están presionados por la necesidad de colocar a sus muchos militantes, pero otros lo tendrían realmente complicado.

Sólo desde la responsabilidad de la mayoría de esa mal llamada clase política se podría racionalizar "nuestra" administración. Mal lo tenemos.

(Unión Progreso y Democracia)

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