Los incendios forestales que afectan a numerosas regiones de Rusia y que han causado la muerte de 28 personas han devorado ya más de 550.000 hectáreas de bosques y la situación continúa agravándose, informaron ayer las autoridades rusas.

Sólo en el extremo oriente del país en veinticuatro horas la superficie devastada por los incendios aumentó en más de tres veces, de 31.000 a 99.200 hectáreas, señalaron a la agencia oficial rusa Itar-Tass fuentes del Departamento de Preservación de Bosques del distrito federal Extremo Oriente. Además, el fuego se propagó a 298.300 hectáreas de pastizales y tundra.

La situación más difícil se vivía en la península de Kamchatka, a orillas de océano Pacífico, donde en la mañana de ayer ardían 76.300 hectáreas de bosques.

Según el parte del ministerio de Rusia para Situaciones de Emergencia, en la mañana de ayer en todo el país ardían 113.990 hectáreas de bosques, 7.000 hectáreas menos que el sábado, pero había aumentado el número de focos de fuego hasta 438.

"Como resultado de las condiciones meteorológicas adversas (temperaturas de hasta 40 grados centígrados y vientos de 70 kilómetros por hora) en el territorio de los distritos federales Centro y Volga se ha agravado considerablemente la situación", señala el comunicado de Emergencia.

Ayer, según datos de esa cartera, en esos dos de los ocho distritos federales en que está dividido administrativamente el país, se registraban 405 focos de incendios naturales en una superficie de 74.000 hectáreas, que incluyen bosques, pastizales y cultivos.

El jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca Kiril, visitó ayer la región de Nizhni Novgorod, una de las más golpeadas por los incendios, donde pidió orar para que termine la grave sequía que padece el país y que ha obligado a las autoridades a declarar el estado de emergencia en 27 de las 83 entidades federadas de Rusia.

Ayuda del Ejército

Diecisiete entidades federadas rusas están afectadas por los incendios forestales, que han obligado al ministerio de Emergencia a movilizar cerca de un cuarto de millón de hombres para combatir el fuego.

A las labores de extinción se sumó el pasado sábado el Ejército, después de que el viernes el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, autorizara el uso de las Fuerzas Armadas para hacer frente al desastre natural.

La voracidad de los incendios es favorecida por la mayor ola de calor que azota a Rusia en toda la historia de las observaciones meteorológicas.

El titular de Emergencia, Serguéi Shoigú, declaró la víspera que en la región de Nizni Nóvgorod, una de las más afectadas por los incendios, la velocidad del fuego era de cien metros por minuto.

"En seis horas las llamas devastaron 86.000 hectáreas", dijo Shoigú, quien advirtió de que esta situación podría repetirse en cualquier región.

Aunque los incendios forestales abarcan una superficie considerablemente menor que en 2009, cuando para estas fechas ésta era de cerca de 950.000 hectáreas, este año el fuego ha arrasado varias localidades y obligado a evacuar a varios miles de personas.

El primer ministro ruso, Vladímir Putin, hizo el pasado sábado un llamamiento a las autoridades federales y regionales a dejar de lado la búsqueda de culpables por fallos de prevención y a centrarse en la reconstrucción de las viviendas que fueron pasto de las llamas.

"No todo se hizo a tiempo ni en el volumen necesario, pero ahora no es momento de buscar responsables", dijo el jefe del Gobierno en una videoconferencia con autoridades y damnificados de las regiones afectadas por el fuego.

Putin indicó que en todo el país se han quemado 1.257 viviendas en las que habitaban 1.273 familias y recalcó que cada una de esas familias recibirá una casa o una compensación.

El jefe del Gobierno convocó a los gobernadores de las regiones afectadas por los incendios forestales a una reunión hoy.