Barrio del Puerto en Tazacorte. A la espalda del primer restaurante que se encuentra en el paseo, un cartel señala la ruta de El Bastón. Es un camino atractivo que discurre hasta el faro de Fuencaliente por la crestería de la Isla. Cuando se llevan apenas cinco minutos, no más, de ascensión por las laderas del Time, sorprenden unas cuevas habitadas. Son unas doce, aunque la oficialidad dice que suman 17. Algunas mantienen su estética original, con simples alteraciones rústicas en las entradas; otras, una al menos, parecen pequeños apartamento, con puertas y ventanas, con el risco pintado de azul, en medio del precipicio.

Son las 9 de la mañana. Viernes. En las cuevas, hay gente que todavía duerme. En una, incluso, dos pequeños perros ladran al paso de los senderistas. Su dueño, tras salir al "porche" diseñado en las afueras de "su" cueva, les ordena (les lanza dos piedras) silencio, aunque antes escudriña con la mirada al viandante. Un poco más arriba, encima de una manta fina, mejor decir una esterilla, un joven descansa sin alterarse al escuchar pasos junto a "su" puerta. Están acostumbrados al discurrir de la gente, de mochileros. La cámara de fotografía, sin embargo, sí les altera. Uno incluso protesta...

Cerca del final de la ladera con cuevas, una "terraza" con sillas y mesas improvisadas mantiene signos de la noche anterior, aunque todo, salvo esas botellas, todo está bien recogido. No hay desperdicios en el entorno; la naturaleza la respetan. Se mantiene incluso intacto el recuerdo a un senderista fallecido, cerca, muy cerca, de donde uno de los "cueveros" ofrece al caminante piezas artesanales, o no tanto, al precio de dos euros.

Desde allí arriba, las vistas no tienen precio. Y la temperatura, tampoco. Otra cosa no, pero elegir el lugar donde dormir sí lo hacen bien. La playa les queda a cinco minutos y aunque quizás no lo sepan, sí notan que Tazacorte es uno de los lugares de España con más horas de sol. Nadie es del pueblo. De los que viven arriba, ninguno es palmero. Dicen que vienen de la península e incluso del extranjero. Tras aquel rodeo, la sensación es que son gente de vida diferente, sosegados, incapaces de alterar la dinámica de la ciudad.... A veces es fácil equivocarse.

De qué viven.- Es el problema. No pagan hipoteca ni préstamos personales, pero también tienen que comer. No logran generar el dinero suficiente para hacer la compra, lo que a la postre acarrea incomodidades a la ciudadanía. "Bajan al barrio, rebuscan en la basura, se les puede ver hasta dentro de los contenedores y cuando el supermercado, una vez a la semana, saca los desperdicios, es una locura. Nos da mucha pena, la verdad", coinciden en afirmar varios vecinos. No se conocen, al menos por las conversaciones mantenidas por EL DÍA con residentes en el lugar, agresiones, insultos ni robos, salvo algunas bolsas de pan sustraídas, aunque "aveces bajan a la playa desnudos y con los perros"....

La versión política.- "Son los nuevos ocupas". Manuel Pérez Rocha, portavoz del Partido Popular, llevó a la última sesión plenaria del Cabildo la situación que se está viviendo en aquellas cuevas y solicitó que se tomen medidas. "Es un espacio protegido", afirmó, "en el que los agricultores tienen que pedir todo tipo de permisos para hacer una muralla y ellos (en referencia a los "okupas") hacen lo que quieren sin que nadie les diga nada. Lo último, lo que no esperaba ver, es que hasta pintaron de azul una de las cuevas". La presidenta, Guadalupe González, aseguró que el Ayuntamiento de Tazacorte ya había informado acerca de la ocupación de cuevas y que se estaban realizando las gestiones oportunas para solucionarlo. La solución, si es echarlos, no está siendo sencilla.

Disparates en las cuevas.- EL DÍA buscó la opinión del alcalde. Ángel Pablo Rodríguez tiene encima de su mesa un dossier sobre la ocupación de las cuevas, además del expediente completo de un hecho similar ocurrido en Adeje: "En su momento, ya logramos sacar a los que habían, pero ahora han vuelto y son muchos más. Hay unas 17 cuevas en la zona y creemos que las tienen todas ocupadas", afirma con resignación el regidor municipal, para luego aclarar que "no es llegar y echarlos; hay que hacer un expediente de recuperación posesoria, parecido a lo que hace Costas en sus dominios. He mandado escritos a la Agencia del Medio, ya que están en un espacio protegido, la ladera del Time; a la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, porque están en un sendero oficial; a la Guardia Civil, con fotografías de todos los disparates que están haciendo con las cuevas y que no se pueden permitir... Estamos muy preocupados porque no nos gusta lo que está ocurriendo".

El alcalde confirmó las denuncias de los vecinos: "Rebuscan en la basura para poder subsistir y es triste verlo, pero allí no pueden estar. Deben buscar otro lugar"...