El escritor Gustavo Martín Garzo, ganador del IX Premio de Novela Ciudad de Torrevieja con "Tan cerca del aire", ha señalado en una entrevista que con esta obra trata de recuperar "el aliento del mundo antiguo y eterno de la fábula".

Partiendo de un cuento que le marcó de pequeño sobre un pastor que queda fascinado por unas muchachas que se transforman en aves, Martín Garzo (Valladolid, 1948) ha construido un relato en el que Jonás, el joven cartero de un pueblo, conoce un día a una enigmática mujer llamada Paula, quien le cuenta cómo su padre vivió una historia de amor teñida de pasiones ancestrales e instintos olvidados con una bella y delicada muchacha muda.

El también ensayista y psicólogo de profesión asevera que ha pretendido ofrecer al lector en este relato, que anoche ganó el IX Premio de Novela Ciudad de Torrevieja, el "sabor de las historias eternas, de las que hablan de lo que de verdad somos".

Está narrado en tercera persona al principio, hasta que a la mitad aparece un personaje fundamental y entonces se cambia a la primera persona.

Aunque la historia de la novela se ubicada en un mundo de naturaleza y aislamiento, Martín Garzo se resiste a definirla como novela rural, y reitera que su intención era relatar unos hechos como se hacia con "las viejas historias que han acompañado al hombre desde el inicio de los tiempos".

Se trata de las grandes preguntas sin respuesta: "¿Tiene sentido la vida?, ¿Qué significa el amor?, Por qué existen la desdicha y la injusticia?, ¿Por qué debemos morir?. Son preguntas que uno no puede dejar de hacerse, aunque no haya respuesta", subraya el también autor de "Todas las madres del mundo" o de "Marea oculta".

Eso explica también, en su opinión, que el hombre invente historias ya que "la ausencia de respuestas hace daño o puede generar angustia".

La novela, que publicará Plaza & Janés el próximo 29 de octubre, es, asimismo, "una metáfora -explica Martín Garzo- sobre el amor, sobre lo difícil que es y los caminos extraños que te hace recorrer, en los que, en ocasiones, ocurren sucesos inesperados".

A su juicio, su nuevo título -que hace el número 28 de su bibliografía- incide en los sentimientos y las emociones de unos personajes "transtornados por lo que les sucede".

Aunque no quiere desvelar la trama, en el caso de Jonás, avanza que descubrirá su verdadera identidad, lo cual le arrastrará a un mundo muy diferente al que había habitado.

La naturaleza vuelve a tener protagonismo en este nuevo proyecto del vallisoletano, tal como ocurre en otros textos suyos.

Argumenta que en siglos pasados el hombre era una criatura más de la naturaleza, una condición que el urbanita ha perdido.

Sin embargo, "allí están los cuentos y los relatos para recordar que esa relación existió", y agrega que ahora los que "viven en comunicación con el mundo son los niños, capaces de hablar con animales u objetos". "También quiero con mis historias -prosigue- recuperar esa comunicación perdida".

Precisamente, en la novela son los niños los que "están cerca de todo lo que importa", precisa.

Considerado una de las voces más prestigiosas de la literatura española contemporánea, Gustavo Martín Garzo ha obtenido a lo largo de su trayectoria varios premios literarios como el Nacional de Narrativa en 1994 por "El lenguaje de las fuentes", el Nadal en 1999 por "Las historias de Marta y Fernando" y el Castilla y León de las Letras, en 2008, por "El jardín dorado".

Además, cuenta en su haber con el premio Nacional de Literatura infantil y juvenil 2004 por "Tres cuentos de hadas".