El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó ayer que no rectificará la reforma laboral, a pesar de lo que han pedido los sindicatos, porque es "imprescindible" y necesaria para el país, y que seguirá adelante con su plan de acometer, cuanto antes, cambios sustanciales en materia de pensiones, en unas declaraciones a RNE en las que aseguró que reanudará el diálogo social para abordar la reforma de las pensiones cuando haya nombrado a un nuevo ministro de Trabajo, cargo para el que baraja "tres o cuatro" nombres.

El secretario de acción sindical de UGT, Toni Ferrer, inmediatamente después de que Zapatero hiciera estas declaraciones, advirtió al Gobierno, en una entrevista con otra emisora de radio, que deberá retirar la reforma laboral si quiere negociar "de manera equilibrada" una vez que se reanude el diálogo social.

Zapatero, tras subrayar que está dispuesto a "explicar y convencer" de que retrasar la edad de jubilación es "una buena fórmula", defendió que no ha dado un giro en su política, que es "progresista", sino que ha tomado dos decisiones "estratégicas": mantener al máximo la cohesión social y afrontar las reformas que España necesita. Afirmó que los efectos de la reforma laboral se verán a medio plazo y que el Gobierno la ha hecho porque "no puede resignarse a que cada vez que hay una crisis el paro suba más en España que en el resto de los países europeos". También, para que las empresas se puedan adaptar mejor a los momentos difíciles y aumente la contratación indefinida, señaló.

Aunque la reforma exige esfuerzos, subrayó que no puede "entender" que alguien sea partidario de dejar el marco del mercado laboral "como está", porque hay una "rigidez clarísima" en cuanto a salarios y organización.

Insistió en que las reformas acometidas por el Gobierno son "duras" y "difíciles", pero que permitirán una senda de "estabilidad de las cuentas públicas ante el mundo", y una recuperación económica "que va a ser lenta". En este sentido, dijo que tiene el "absoluto convencimiento" de que dentro de unos años se verá "que hicimos lo que tuvimos que hacer". Señaló que vivió "con preocupación" la huelga general, y con "ganas" de explicar a los sindicatos, especialmente a UGT, porque tiene el carné de afiliado, que el Gobierno está tomando decisiones para que la economía crezca, se vuelva a crear empleo y se mantenga el estado de bienestar. No obstante, subrayó que a pesar de la crisis se mantienen políticas de educación, sanidad, dependencia, becas y protección que "hay que preservar".

En este sentido, lamentó que si bien "todo el mundo habla de reformas", cuando el Gobierno decide aplicarla la mayoría de los grupos la rechazan, "especialmente el PP", al que acusó de "incoherencia" y de falta de "compromiso y responsabilidad". Criticó al presidente del PP, Mariano Rajoy, porque siempre "pide austeridad" pero al mismo tiempo demanda más dinero del ICO para que financie la deuda de los ayuntamientos y se reúne con los presidentes de las comunidades autónomas para exigir más. "Hay que mojarse y tener sentido de la responsabilidad. Nosotros nos hemos mojado", sentenció. .

Sobre los mercados, consideró que sería "poco responsable" si no estuviese "atento" a ellos, porque a pesar de que "juegan a la lógica del beneficio" son los que financian nuestros gastos en políticas de escuelas o carreteras, entre otros, y que, por tanto, "necesitamos una carta de presentación de nuestras cuentas".

Respecto a la reducción de la partida destinada a la inversión en los presupuestos, respondió que si bien se ha reducido, está en la media de la UE. Descartó que el Ejecutivo vaya a aprobar nuevas subidas de impuestos para 2011 porque, según dijo, las previsiones de ingresos y gastos para el próximo año se van a cumplir.