Los 33 mineros rescatados tras permanecer 70 días atrapados a 700 metros de profundidad en San José, en el norte de Chile, siguen en "proceso de adaptación" y están recibiendo orientación sobre su futuro profesional, dijo hoy a EFE André Sougarret, el ingeniero de minas que dirigió la operación.

El equipo de técnicos y geólogos, encabezados por Sougarret, pusieron en marcha durante 53 días tres planes alternativos para llegar hasta el lugar donde se habían refugiado los mineros después del derrumbe.

Tras casi 24 horas de trabajo ininterrumpido, la operación de rescate concluyó con los 33 mineros sanos y salvos en la superficie del yacimiento San José, en pleno desierto de Atacama.

En una entrevista con EFE, celebrada en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas de Madrid, Sougarret explicó que los mineros siguen adaptándose a su nueva vida y que están recibiendo asesoramiento sobre qué hacer a partir de ahora.

La semana pasada, el ingeniero jefe mantuvo un encuentro con ellos, en el que conversaron sobre su futuro.

"Están decidiendo qué hacer con sus vidas. Unos quieren volver a la minería y otros dedicarse a otras actividades paralelas. Nosotros les estamos orientando", añadió.

Sougarret recordó cómo el 9 de agosto le citaron en el Palacio de la Moneda y cómo su responsabilidad en la operación de rescate fue "progresivamente aumentando". "Originariamente iba a ayudar y finalmente me di cuenta de que tenía que ponerme al frente", añadió.

Aunque en un principio no sabían qué se iban a encontrar y si los mineros estaban vivos, dijo que a los familiares había que "darles una respuesta, positiva o negativa, pero una respuesta".

Esos primeros 17 días en los que no sabían si los mineros estaban vivos fueron los momentos que Sougarret recuerda "más difíciles".

Pero "el peor" fue cuatro días antes de contactar con los mineros. "No logramos contactar con la sonda y se produjo una desesperación importante entre los familiares. Nos insultaron, reinó la desconfianza y se pretendía hacer cosas irreflexivas", matizó.

"Tuvimos que ser muy fuertes y decir que la mina estaba cerrada", añadió el ingeniero.

No obstante, también aseguró que muchos familiares se acercaron al equipo de rescate para animarles.

Además, había "mucha incertidumbre y variables técnicas que no controlábamos, como el conocimiento geológico y topográfico en una mina de más de cien años de explotación", destacó.

Una vez que el 22 de agosto se comunicaron con los mineros, continuó, todo fue "más tranquilo para poder ejecutar el trabajo".

Otro de los momentos que Sougarret no olvidará, según contó a EFE, fue la salida de los mineros y, sobre todo, "las caras de los niños" al ver a sus padres.

Salvo circunstancias inesperadas, subrayó que siempre tuvieron la seguridad de que el rescate iba a ser un éxito.

André Sougarret dijo que tuvo la "tentación" de bajar a la mina una vez que concluyó el rescate. "Pero me pareció lógico que, si habíamos peleado tanto por sacar a los mineros durante 70 días, no podíamos convertirlo en un show y teníamos que cerrarla definitivamente", agregó.