Los proyectos presentados por la Fundación Tutelar Canaria Sonsoles Soriano Bugnion, la Asociación Tinerfeña Trisómicos 21 y la Fundación Canaria Oliver Mayor contra la Fibrosis Quística han resultado ganadores de la III edición de los Premios Cepsa al Valor Social en Tenerife.

Georgette Bugnion, presidenta de la Fundación Tutelar Canaria Sonsoles Soriano, explicó a este periódico que su entidad se dedica "a dar respuesta a la protección de las personas con discapacidad intelectual cuando falten sus padres o se encuentren en situación de desamparo".

Presentó el proyecto "¿Quién cuidará de nuestros hijos con discapacidad cuando nosotros faltemos?", que responde precisamente al objetivo y a la misión de la fundación tutelar, que se encarga, siempre por orden judicial, de atender a las personas adultas con discapacidad y que se encuentran en desamparo, "para estar a su lado y lograr que tengan buena calidad de vida".

La Fundación Sonsoles Soriano tutela a 35 personas con estas características en la provincia tinerfeña, una de ellas vive en La Palma y otra en La Gomera.

Bugnion detalló que la fundación se encarga de cada uno de forma individualizada, respetando sus opciones de vida. Algunos viven solos y otros en un centro residencial. Lo común a todos es que no tienen familiares que se hagan cargo de ellos.

Puso como ejemplo que una de las tuteladas, en silla de ruedas, pudo pasar un fin de semana en un hotel del sur de Tenerife, "y se le iluminó la cara cuando vio la piscina".

Además, la Fundación Tutelar Sonsoles Soriano ha insertado laboralmente a seis personas, con trabajo remunerado, en los siete años de existencia de la entidad.

Bugnion reconoció que el premio de Cepsa "es una ayuda para ofrecer a los padres y familiares de las personas con discapacidad intelectual una garantía de tutela el día en que ellos ya no estén".

La presidenta de la Fundación Sonsoles Soriano apuntó que otro de sus programas es mejorar los hábitos de higiene de los tutelados y también las normas de comportamiento, tanto si viven con más personas como si están solos.

Recalcó que los protegidos "no tienen familia y tenemos que reiventarnos cada día para buscar fondos, teniendo en cuenta que esas personas no tienen voz para decir lo que necesitan".

La Asociación Tinerfeña de Trisómicos 21, fundada en el año 1993 como asociación sin ánimo de lucro, tiene como objetivo la integración social, familiar y laboral de las personas con síndrome de Down, para lo cual realiza actividades y terapias que supongan la mejora de las condiciones de vida de las personas con trisomía en el par 21. En la actualidad atiende a 56 familias con estos enfermos.

Desde el año 2006 se viene desarrollando el taller ocupacional de "Encuadernación y Manipulado de Papel y Cartón", dirigido a aquellas personas que ya han finalizado la etapa escolar y que presentan un perfil idóneo para que puedan integrarse laboralmente.

Va encaminado hacia una formación integral que, por un lado, prepare en conocimientos, habilidades y hábitos a las personas, y por otro proporcione técnicas para que, en la medida de sus posibilidades, les permita tomar parte en las tareas de producción del mundo laboral, de la forma más normalizada posible.

Gracias a los materiales que elaboran los jóvenes de esta entidad (libretas, agendas, cuadernos o carpetas), sus familias llevan a cabo varios puntos de venta en Tenerife, con el objetivo de sufragar una parte de los gastos de dicho taller.

Por su parte, otro de los premiados, la Fundación Canaria Oliver Mayor, contra la Fibrosis Quística, destina sus esfuerzos en beneficio de los afectados por esta enfermedad.

Presentó el proyecto Adquisición de dispositivos de fisioterapia respiratoria para personas afectadas por fibrosis quística y otras patologías respiratorias".

Esta ayuda permitirá que una treintena de perjudicados por la enfermedad, que no tiene cura en la actualidad, puedan mantenerla bajo control mediante unos dispositivos que permiten realizar fisioterapia pulmonar en casa.

Isabel Zaldua Ponce, enfermera fisioterapeuta que colabora con la Fundación Canaria contra la Fibrosis Quística Oliver Mayor, explicó que gracias al premio de Cepsa se podrá comprar el Fluter VRP1, un pequeño instrumento para el drenaje bronquial, que permitirá con las vibraciones traqueobronquiales un mejor desprendimiento de las secreciones.

También señaló que la fibrosis quística es una enfermedad genética que afecta a uno de cada 2.500 niños recién nacidos, de raza blanca. Afecta principalmente al aparato respiratorio, generando una enfermedad pulmonar crónica.

Estos pacientes tienen un trastorno en el transporte de sales en las células del epitelio bronquial.

Como consecuencia de esto, las secreciones son muy espesas y no pueden expulsarlas con facilidad, lo que puede llevar a infecciones respiratorias.

La moderna técnica, que se puede aplicar en casa, mejora sensiblemente al paciente.