Ángel Ripollés Bautista, colaborador de este periódico, falleció ayer a los 86 años de edad. Fue durante veinte años (1975-1995) decano del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife y desde 1995 era decano de honor.

Estaba casado con Nieves Molowny, de cuyo matrimonio nacieron sus cinco hijos.

Ripollés Bautista (Las Palmas, 1924) era abogado desde 1950, año en que se incorporó oficialmente al Colegio de Santa Cruz de Tenerife.

En el año 2010 siguió ejerciendo la abogacía con la misma ilusión que el primer día.

Miembro de numerosas sociedades e institutos jurídicos, también formó parte de los colegios de abogados de Madrid, Las Palmas y Santa Cruz de La Palma.

Ha publicado en distintos medios de comunicación numerosos artículos jurídicos y su faceta humanista se vio plasmada en la publicación del libro "Reflexiones dominicales", en el año 1997, en el que se recogen artículos periodísticos publicados en EL DÍA.

Precisamente, en la edición de hoy, incluimos el artículo póstumo de Ángel Ripollés Bautista, Premio Leoncio Rodríguez de Periodismo.

Estaba en posesión de la Cruz Distinguida de San Raimundo de Peñafort, de la Medalla del Libertador Francisco de Miranda (Venezuela) y de la Medalla de Plata con Ramas de Roble del Mérito al Trabajo.

Los colegios de abogados a los que ha pertenecido le han concedido diversas distinciones, como la de Colegiado de Mérito del Colegio de Santa Cruz de Tenerife, Medalla de Plata de los Colegios de Abogados de Madrid y de Las Palmas de Gran Canaria y Medalla de Platino del Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, que le fue concedida cuando Ripollés cumplió cincuenta años de vida profesional ininterrumpida.