El vicepresidente segundo de la Junta General del Principado, Pelayo Roces, ha sido el primer dirigente del PP en anunciar su salida de este partido, tras la baja de Francisco Álvarez-Cascos, aunque la dirección nacional de los populares espera que sus aspiraciones en Asturias sigan intactas.

Roces ha presentado su renuncia, un día después de que el ex vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez-Cascos, anunciara que estaría dispuesto a liderar un nuevo partido tras su frustrada designación como candidato del PP en Asturias, que le ha llevado a darse de baja como militante de esta formación.

Pelayo Roces ha formalizado su renuncia al acta de diputado en el Parlamento regional como paso previo a la baja como militante en el PP y ha remitido una carta al presidente nacional del PP, Mariano Rajoy, en la que le acusa de gobernar el partido de forma "desacertada" y con falta de valores.

"Tengo una sensación rara, pero creo que este ya no es mi partido", ha respondido Roces, al ser preguntado si le da pena abandonar esta formación política, después de ser militante del PP desde 1981, concejal en Siero en el periodo 1991-1995 y diputado autonómico desde ese último año.

De forma paralela, el presidente regional del PP asturiano, Ovidio Sánchez, ha considerado "respetadas pero insignificantes" las bajas registradas en el partido, tras la renuncia de Álvarez-Cascos.

Ovidio Sánchez ha dicho que el PP es un partido "muy fuerte" en Asturias y en España, con 24.000 afiliados en el Principado, y ha cifrado en tres el número de bajas tramitadas a las 11:00 horas de hoy.

El presidente regional del partido ha anunciado que José Felgueres, el candidato que ocupaba el número tres por la lista oriental del PP en las anteriores elecciones a la Presidencia del Principado, será el diputado que sustituirá a Roces en el Parlamento regional.

La baja de Álvarez-Cascos ha motivado las reacciones de dirigentes del PP como Esteban González Pons, Javier Arenas, Alicia Sánchez-Camacho o Ignacio González.

El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha dado por hecho la creación en Asturias de un nuevo partido regionalista liderado por Álvarez-Cascos, pero ha instado a no despistarse del objetivo de lograr el cambio en España.

Por su parte, el vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, ha lamentado la decisión de Álvarez-Cascos de abandonar las filas populares y ha asegurado que no va a entrar "en polémica con compañeros y ex compañeros de partido".

Arenas ha destacado que Álvarez Cascos "ha sido una persona muy importante dentro del PP y de sus gobiernos", si bien se ha mostrado convencido de que su baja no va a perjudicar las posibilidades electorales del partido en Asturias.

Las quejas que han motivado la renuncia de Cascos tienen que ser analizadas, aunque es el PP asturiano el que debe elegir a su candidato, en opinión de la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho.

El vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ha estimado que la baja de Francisco Álvarez-Cascos en el PP "nunca se debería haber producido", ya que se trata de una decisión "mala para Asturias, para España y para el Partido Popular".

Desde el Gobierno, la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, ha considerado que "la dedocracia del PP no sólo no soluciona los problemas, sino que crea más divisiones de carácter interno" como se está viendo en Asturias.

El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha eludido hablar sobre Álvarez-Cascos, y ha argumentado: "Hoy no toca".

No han trascendido novedades sobre la creación de una nueva formación política en Asturias, aunque el Centro Democrático Social (CDS) ha informado de que personas del entorno de Álvarez-Cascos se han puesto en contacto con representantes de este partido para sondear la posibilidad de que el ex vicepresidente del Gobierno encabece la lista centrista para las elecciones en Asturias.