Los productos de la empresa alemana fabricante de piensos para animales Harles & Jentzsch, una de las 25 investigadas por la contaminación de dioxina, supera el nivel máximo permitido, según informó hoy el estado federado de Schleswig-Holstein (norte).

El Ministerio regional de Agricultura hizo público un análisis sobre muestras entregadas por la propia firma hace un año y aseguró que la grasa vegetal usada por la empresa para fabricar los piensos no es la adecuada.

Los productos de otra fábrica en Bösel (Baja Sajonia, al norte), asociada a Harles & Jentzsch, también mostrarían niveles superiores de dioxina a los tolerados.

Hessen (oeste) se convirtió hoy en el onceavo estado federado de Alemania afectado por la contaminación de dioxina en piensos para animales, a causa del supuesto uso de grasas industriales no comestibles en su fabricación, según informó el Gobierno.

Asimismo, la Comisión Europea (CE) confirmó la detección en Holanda de varias partidas de huevos contaminados con dioxinas provenientes de Alemania, sustancias que a su vez se emplearon para elaborar productos alimenticios que fueron posteriormente exportados al Reino Unido.

Pese a que el Ejecutivo alemán insiste en que aún no está clara la procedencia de la contaminación, que obligó a cerrar más de un millar de granjas, hasta el momento se han localizado en el país 150.000 toneladas de estos productos contaminados y destinados a la alimentación de cerdos y aves.

Pese a que la dioxina se localizó en productos de 25 fabricantes, según dijo esta semana el Gobierno alemán, en el ojo del huracán se mantiene la empresa Harles & Jentzsch, cuya sede fue el miércoles tomada por agentes judiciales y policías y en la que se incautaron numerosos documentos.

Las asociaciones alemanas de agricultores exigieron hoy indemnizaciones por parte de los fabricantes de piensos para animales y solicitaron la creación de un fondo para compensar las graves pérdidas del sector a causa de la contaminación.

La ministra alemana de Agricultura, Ilse Aigner, mantuvo hoy una conversación telefónica sobre la contaminación de dioxina con el comisario de Agricultura de la Unión Europea (UE), John Dalli.

Un portavoz de Dalli confirmó que los 136.000 huevos contaminados que Alemania exportó a Holanda no se vendieron directamente a los consumidores, sino que fueron utilizados por la industria alimentaria holandesa, parte de cuyos productos se vendieron en el Reino Unido o se usaron localmente en ultracongelados.

Las autoridades sanitarias de Baja Sajonia, lugar desde el que partieron los miles de huevos alemanes contaminados y vendidos a Holanda, insistieron hoy en que "el consumo de estos productos no reviste peligro para la salud de los humanos".