Amnistía Internacional (AI) condenó hoy la represión ejercida por las autoridades tunecinas sobre las protestas registradas en el país en las últimas semanas.

Las protestas en Túnez se desencadenaron en solidaridad con el joven comerciante Mohamed Bouazizi, quien el 16 de diciembre se prendió fuego con gasolina frente a un edificio gubernamental en la localidad tunecina de Sidi Bouzid, después de que las autoridades se incautaron de su carro con el que vendía fruta sin licencia.

Al menos dos manifestantes han muerto durante las protestas de las últimas tres semanas, tras la acción de Bouazizi, quien falleció el martes a consecuencia de las quemaduras que sufría.

"Los tunecinos deben tener permiso para expresar sus quejas y protestar con libertad. Las autoridades hicieron promesas vacías de oportunidades de trabajo y a eso le siguió una ofensiva contra los manifestantes", señaló AI en un comunicado.

"Las autoridades tunecinas tienen la responsabilidad de mantener el orden público, pero esto no debería ser excusa para atacar a la gente simplemente porque está ejerciendo sus derechos a la libertad de expresión y de asamblea", añadió la organización pro derechos humanos.

Según AI, el Gobierno de Túnez argumenta que las fuerzas de seguridad actuaron en defensa propia cuando dispararon contra los manifestantes, causando la muerte de dos de ellos, pero debe realizar una investigación para depurar responsabilidades.

Además de la represión de las protestas, AI denunció que se han producido "olas de detenciones por todo el país" y pidió a las autoridades que informen del número de personas que están arrestadas.

La organización indicó que el Gobierno está intentado evitar la propagación de las protestas, aplicando una férrea censura en los medios de comunicación y bloqueando sitios web y correos electrónicos, especialmente de quienes usan la red social Facebook.