Canarias es la comunidad autónoma española en la que más ha descendido el gasto público destinado a la educación desde el año 2000, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Educación, referidos a 2008. La proporción del producto interior bruto (PIB) que la Administración regional dedica a las políticas educativas ha pasado del 0,19% al 0,16% en este periodo.

En este aspecto, Canarias contrasta con la tendencia del conjunto de las autonomías, en las que el gasto educativo se ha incrementado en 28 décimas -desde el 3,58% al 3,85%-. De hecho, solo tres regiones bajan su inversión en relación al PIB. Además del Archipiélago, lo hacen Castilla y León -del 0,23% al 0,21%- y Galicia -del 0,25% al 0,23%.

Entre las que suben destacan los casos de Cataluña -nueve décimas, hasta alcanzar el 0,60% de la riqueza de su territorio-, la Comunidad Valenciana -que llega al 0,53% tras incrementar su gasto en siete décimas- y Andalucía -que sube seis y pasa a dedicar a la educación el 0,68%-.

Al contrario que las comunidades autónomas, el Ministerio de Educación ha recortado en estos ocho años su aportación económica al pasar del 0,21% al 0,18%, una vez deducidas las transferencias a las regiones en materia educativa.

En la franja media

Pese a que en las Islas desciende el porcentaje del gasto en educación, hay siete regiones que destinan una menor proporción de su PIB a estas políticas, por lo que puede considerarse que Canarias se sitúa en la franja media de las autonomías españolas en este aspecto.

Aunque la inversión ha bajado en términos relativos, sí que se ha elevado en cifras absolutas. En el periodo transcurrido entre 2000 y 2008 el gasto ha pasado de 1.169 millones de euros a 1.742 millones.

La discusión sobre la relación entre el gasto educativo y los resultados escolares se ha intensificado desde la publicación del último informe PISA elaborado por la OCDE, que, en el caso de España, sitúa entre las mejores a comunidades que, como Madrid, invierte en educación un alto porcentaje de su PIB, pero también a otras que, como Navarra o La Rioja, se encuentran entre las que destinan una menor proporción de su riqueza a estas políticas.

A la inversa, Baleares figura entre las regiones con peores resultados, pero también lo hace Andalucía, que realiza una de las inversiones más cuantiosas del país.