El Hospital Universitario de la Candelaria (HUNSC) utilizó durante el pasado año en 104 operaciones la monitorización neurofisiológica intraoperatoria, un sistema de vigilancia que se usa para detectar y evitar posibles daños neurológicos irreversibles durante las intervenciones quirúrgicas.

Una nota de este centro hospitalario informa de que el servicio de Neurofisiología del HUNSC aplica este sistema desde hace siete años, fue el primero de los hospitales públicos canarios en implantarlo y se efectúa una media de tres monitorizaciones neurofisiológicas de alto riesgo a la semana.

Según explica la nota, la monitorización intraoperatoria se aplica en especialidades como la neurocirugía, dado que permite a los especialistas trabajar en zonas como la corteza cerebral, de extrema complejidad y en la que se debe actuar con cuidado.

También se utiliza en traumatología, donde en las intervenciones de escoliosis (curvatura anormal de la columna vertebral) se puede producir daño en la médula espinal y provocar parálisis en las piernas y también en los esfínteres, agrega la nota.

Otorrinolaringología es otra de las especialidades donde se utiliza con mayor frecuencia y en este caso se emplea este procedimiento para la extirpación de tumores en la glándula parótida o para evitar lesiones en el nervio facial.

El jefe del servicio de Neurofisiología de la Candelaria, José María Garrido, señala en la nota que el hecho de contar con una técnica que avisa a los cirujanos en las operaciones a modo de señales de alerta supone tranquilidad para el profesional sanitario que ejecuta la operación y garantías al paciente y mayor seguridad.

No obstante, los médicos del servicio Leopoldo Méndez y Ana Galván advierten que la monitorización intraoperatoria no previene de todas las posibles lesiones que se pueden registrar en un acto quirúrgico monitorizado "porque aunque pueda alertarnos de un daño neurológico, no siempre puede ser corregida esa situación por la técnica quirúrgica en sí".