Un documental de 55 minutos del cineasta Carlos Reyes, un venezolano de origen canario, revive el drama de los cinco fusilados en 1937 en la prisión grancanaria de La Isleta, conocidos como los de San Lorenzo, así como la represión franquista a la que fueron sometidas sus familias.

En la causa figuraron otros 17 detenidos para quienes se pedía cadena perpetua, según ha explicado el único superviviente, Domingo Valencia, de 90 años, quien sólo estuvo encarcelado tres años por los 15 años de edad que contaba entonces, pero no renunció a sus ideales y siguió militando en el Partido Comunista en el que continúa hoy.

El alcalde del entonces municipio de San Lorenzo, Juan Santana Vega; el entonces jefe de la Policía municipal, Manuel Hernández Toledo; el secretario municipal, Antonio Ramírez Graña; y los sindicalistas Matías López Morales y Francisco González Santana, son los protagonistas de la historia que recupera Reyes con su documental.

"La memoria interior. Los fusilados de San Lorenzo", que se estrenará mañana en los Multicines Monopol de la capital grancanaria, recoge el testimonio de Valencia y de familiares de las personas inmersas en la causa.

El documental ha contado con el apoyo del Cabildo de Gran Canaria y del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, dos instituciones a las que tanto Valencia como uno de los nietos de los fusilados, Francisco González Tejera, se sienten muy agradecidos.

En su memoria también se ha levantado una escultura en la plaza de la Mayordomía de San Lorenzo, aparte de merecer el nombre de un mirador y varias calles de la ciudad.

Pero sin duda, el documental, que contará con una segunda parte que espera estar concluida en los próximos meses, culmina el proceso de recuperación de la memoria de unos hechos "tan dramáticos" como los sucedidos y el reconocimiento a estas personas después de más de 70 años en el olvido, señaló González, quien también espera que todo ello sirva para que no se repitan.

Según contó, su tío Braulio con solo cuatro meses de edad murió tras ser estampado contra una pared por un falangista que lo sacó de la cuna, y su padre, que tras el fusilamiento de su abuelo fue internado en la casa cuna del "Niño", fue siempre un represaliado al que ni siquiera de niño se mostraba en las fotos de grupo del internado por ser "rojo".

Estas historias y otras muchas se recogen en el documental que, según Reyes, se trata de un proyecto "pobre e imperfecto" que pretendía grabar en cinco cintas pero que tuvo que aumentar a 25 porque el material que fue recabando "se desbordó" hasta el punto de iniciar una segunda parte.

El primer documental se inicia con el Consejo de Guerra que se celebró sobre la causa y culmina con el fusilamiento de cinco de los procesados, mientras que la segunda aborda las consecuencias las viudas y huérfanos que quedaron y que tuvieron que seguir sobreviviendo.

Para Reyes, se trata de una historia "muy cruel", que consideraba que estaba contada parcialmente, y el documental le ha permitido contar estos hechos "en voz alta" con ayuda de cincuenta actores, cuyo trailer ya ha podido ser visto por 3.000 personas a través de Facebook.

Reyes confía que el documental, que lo presentará a festivales y sobre el que ya se han interesado desde Chile y algunos puntos de España, despierte también el entusiasmo de las televisiones.