Belén Esteban ha decidido huir del frío de Madrid y ha pasado una semana en el paraíso: Punta Cana. Junto a su marido, Fran Álvarez, y su hija de 11 años, Andrea, la colaboradora se ha paseado en bikini y luciendo moreno por el lujoso resort. La tranquilidad de las vacaciones ha permitido a la enamorada pareja reflexionar sobre su futuro.

Lejos del estrés y del frío, Belén Esteban ha podido relajarse y compartir su tiempo con Fran y Andrea. En un hotel que le ofrecía todas las comodidades y lujos -el Meliá Caribe Tropical- la copresentadora de ''Sálvame'' se ha mezclado entre los turistas para exprimir al máximo su pulsera azul del resort.

Belén y Fran han elegido como destino para sus vacaciones el mismo hotel donde pasaron su luna de miel en 2008 y del que apenas han salido. La tranquilidad de esta semana al sol caribeño se ve reflejada en sus rostros y vuelven a disfrutar de su amor como el primer día, afirma la revista ''Lecturas''.

Después de un año que para el matrimonio Álvarez-Esteban ha sido difícil en lo personal, Belén y Fran han aprovechado la semana para reflexionar acerca de su futuro y de sus proyectos para el 2011. Durante estos días han cambiado sus hábitos por paseos románticos por la orilla del mar y siestas a la sombra de una palmera.

La pareja ha tenido a su disposición todo lo que pudiera desear: playa privada, bares, restaurantes, spa, club de golf, tenis, casino, club infantil y una zona temática -dedicada a los Picapiedra- donde Andrea iba todos los días para participar con otros niños en las actividades infantiles que organizaban.

La copresentadora también ha aprovechado la ocasión para huir de los rumores de un posible embarazo que le persiguen desde hace poco. Aunque Belén ha manifestado su deseo de tener un hijo con Fran, su representante, Toño Sanchís, lo ha desmentido. Ajena a cualquier habladuría, Belén no ha variado su vacacional vestimenta.

PAULINA RUBIO, REFLEXIVA TRAS LA MUERTE DE SU PADRE

La cantante mexicana Paulina Rubio acaba de sufrir un duro golpe. La reciente pérdida de un padre es una triste noticia que, aunque se veía venir, no deja de ser para cualquiera algo difícil de superar. Y aunque la artista sabe que la vida sigue, tal y como cuenta a la revista ''¡Hola!'', "todo tiene un tiempo, un proceso, un aprendizaje".

En la mañana del once de enero, Enrique Rubio dejó de luchar contra la muerte. En el último año, sabiendo lo delicado que estaba ya su estado de salud no quiso perder oportunidades para pasar tiempo con sus hijos Enrique y Paulina. Fue a Miami a conocer a su primer nieto, el hijo de la cantante y Nicolás Vallejo-Nágera, Andrea Nicolás, y también celebró la Navidad en casa de su hija.

A los 67 años, Enrique perdió la vida y lo hizo rodeado de su familia, que lo acompañó en el dolor diario de su enfermedad y que poco a poco se vio obligado a aceptar el desenlace de la situación. En sus últimos días, el padre de la artista mostraba su desagrado por que sus seres queridos le vieran tan debilitado y frágil pero lo cierto es que sus amigos, sus hijos y la mujer de la que se divorció hace 35 años se hicieron cargo de él.

"Miro ahora mismo la actitud que ha tenido mi madre en toda la enfermedad de mi padre y siento por ella aún más admiración si cabe", ha declarado Paulina a ''¡Hola!''. Para la mexicana, la educación que le ha transmitido su madre, la famosa actriz Susana Dosamantes, se ha plasmado en estos difíciles momentos en mucho más que palabras, en hechos reales.

Dentro de la intensa situación vivida, antes de que su padre perdiera la vida la cantante llamó a la hija que éste tuvo con su segunda mujer, después de que Susana y él se separaran cuando la cantante tenía tres años. Unas horas después, Ana Paola, su medio hermana, llegaba al hospital.

Los tres hijos se dirigieron a la habitación de Enrique y unieron las manos con las de su padre para hacerle saber que allí estaban sus hijos. Según cuenta ''¡Hola!'', quisieron transmitirle sus sentimientos de aceptación sin recriminaciones, para que pudiera irse en paz. Ahora, Paulina Rubio es madre de un precioso bebé y sabe que la vida continúa y que el enorme dolor que siente en estos momentos dará paso con el tiempo a bonitos recuerdos.

PIERRE Y BEATRICE, ROMANCE EN EL CIRCO

La magia del circo que envuelve la ciudad de Montecarlo ha contagiado al hijo de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, Pierre, y a su novia, Beatrice Borromeo. La joven pareja no se ha perdido lo que parece ser una tradición de la familia Grimaldi y han asistido a algunas sesiones de la 35 edición del Festival Internacional del Circo de Montecarlo mostrándose muy enamorados.

Desde el pasado día veinte y hasta finales de este mes, el Principado de Mónaco rinde homenaje al mundo del circo. Como una cuestión genética, según cuenta la revista ''Semana'', describe la princesa Estefanía la relación que mantienen desde hace décadas la dinastía Grimaldi con este espectáculo.

Y parece que las nuevas generaciones le dan la razón y se suman a la pasión por el circo que profesa la familia real de Mónaco. Así, se pudo ver a Estefanía con sus sobrinos la pequeña Alexandra y Pierre junto a Beatrice, hija del conde Carlo Fernandino Borromeo, miembro de la antigua aristocracia italiana.

Los novios residen en Milán, donde ambos estudian en la Universidad de Bocconi. Pierre, de 23 años, y Beatrice, de 25, compartieron unos románticos momentos durante unos días llenos de encanto en el Principado. ''Semana'' muestra unas imágenes en la que se les ve presenciando desde uno de los balcones del Palacio Grimaldi una exhibición de los acróbatas. Allí, más relajados, se puede ver la bonita pareja que forman.

Beatrice está totalmente integrada en la familia Grimaldi y desde que comenzó la relación con Pierre en la primavera de 2008, cuenta con el apoyo de Carolina de Mónaco, la madre del novio. Los enamorados viajan habitualmente al Principado y asisten a los actos oficiales más importantes de la Casa Real del Principado.

Durante la inauguración de este emblemático festival estuvo presente el príncipe Alberto, acompañado por su hermana menos y por Paulina Ducruet, una gran amante de este espectáculo. Aunque si hay una apasionada del circo entre los Grimaldi esa es Estefanía de Mónaco.

La princesa llegó a vivir en una caravana durante su romance con el director del circo suizo Franco Knie, con que mantuvo una relación en el año 2001. También tuvo una relación con un acróbata, Adans Peres, con quien se casó en septiembre de 2003 y se separó después de un año de matrimonio.