Los informes técnicos han determinado que "es inviable" que el colegio Miguel Pintor, del barrio de La Alegría, pueda abrir de nuevo sus puertas ante el riesgo de desprendimientos en la ladera de su parte trasera, donde el pasado sábado se produjo un corrimiento de piedras y tierra que obligó al cierre provisional del centro desde el pasado lunes.

En la mañana de ayer se produjo un encuentro entre el director territorial de Educación, José Zenón Ruano, la directiva del colegio y los miembros del Consejo Escolar, en la que se adoptó la decisión de proceder al traslado del alumnado y profesorado al colegio Estévanez Murphy, del barrio de La Salud, hasta que se garanticen las medidas de seguridad en la ladera.

El colectivo de padres ha recibido esta decisión con "cierta alegría", porque el traslado contempla a todas las etapas, además de poner al servicio de la comunidad educativa el transporte escolar, el comedor, así como la garantía de que se prestarán servicios como el de acogida temprana y las actividades extraescolares.

La presidenta de la Asociación de Padres y Madres (AMPA), Elena Araque Villar, señaló que uno de los principales "temores que teníamos los padres, que era que las administraciones se pasaran la pelota las unas a las otras a la hora de asumir los trabajos en la ladera, se resolvió ayer con el compromiso de Zenón Ruano de que será Educación quien asumirá la actuación y que, con posterioridad, será este departamento quien se encargará de cobrar a quien sea pertinente".

Hoy se va a celebrar una asamblea general con los padres, a los que se les ha ido informando de esta medida a través de mensajes de texto o de la página web del colegio, ya que se va a proponer que las clases comiencen "el próximo viernes o, a más tardar, el lunes, día 31 de enero".

La decisión de reubicar a todo el alumnado en el colegio Estévanez Murphy resolvía otras propuestas barajadas en la reunión de ayer, como era desempeñar esta reubicación provisional en el antiguo colegio de Valleseco, donde no tenían cabida todas las etapas en las que cursan sus estudios los más de 200 escolares que no han podido acudir a su centro desde el pasado lunes.

Sin duración definida

De momento se desconoce el tiempo en que se va a prolongar esta situación provisional, pues desde el APA indican que todo depende de los técnicos, cuyos informes revelan que, "de momento, es inviable impartir clases en el Miguel Pintor, por lo que todo dependerá de lo que se tarde en ejecutar las obras".

En este sentido, la responsable del APA señaló que Educación ya ha iniciado los contactos con las empresas que puedan realizar esta actuación, que consistirá, entre otras medidas, "en elevar el muro de contención del centro y afianzar la montaña con cemento y mallas metálicas, algo que dependerá de la solución técnica que se aborde", y que también influirá en el tiempo de terminación, que por el momento se desconoce.

El colegio Hermanos Estévanez Murphy ha sido escogido para este realojo provisional porque dispone de espacio suficiente para albergar a estos más de 200 escolares, ya que la Consejería de Educación inició en el presente curso el proceso de supresión de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), al derivar a este alumnado a otros centros de Secundaria de la zona de La Salud.

Aunque el último desprendimiento no ha afectado directamente a las instalaciones del colegio Miguel Pintor, los responsables técnicos, tanto de la Consejería, como de Puertos y del Ayuntamiento, han determinado que la zona afectada no ofrece las suficientes garantías para que se pueda reanudar la actividad.

Este último incidente, que se produjo alrededor de las 19:00 horas del pasado sábado, también ha provocado la inquietud entre los habitantes de los edificios cercanos, aún más próximos a la ladera que el propio colegio, quienes han reclamado tras la decisión de precintar el colegio que la medida más adecuada sería establecer mallas metálicas en todo el risco, para evitar, como ya ocurriera hace algunos años, que las piedras puedan afectar a la zona.