Unas 2.500 personas acudieron el sábado al primer "Trimani", festival de las murgas infantiles Triqui-Traquitos y Mamelones y las adultas Triqui-Traques, Ni Pico-Ni Corto y Mamelucos para presentar sus fantasías en el Pabellón Santiago Martín, conocido popularmente como la Hamburguesa. Se echó de menos que los colectivos de los mayores hubieran sido generosos y solo interpretaran uno de sus cuatro temas para el concurso.

El festival "murguero" se tornó, por momentos, en evento tedioso por el abuso de actuaciones de variedades entre murga y murga. De todos, los más divertidos, con creces, fue el grupo teatral Abubukaka, salvo chistes impropios para el horario infantil. En humor inteligente son geniales. Los niños demostraron mejoría; buena letra en Triqui-Traquitos, y exquisita dicción en Mamelones. De los adultos, los mejores con diferencia fueron Mamelucos. Sensacionales. Pero es difícil hacer una valoración global cuando cada uno cantó un solo tema.

Triqui-Traquitos.- Dirigidos musicalmente por Lolo Tavío, interpretaron una de sus dos canciones de concurso, igual que luego haría Mamelones. En su letra, rica en contenido, demandaron que el respeto se convierta en otra asignatura de cuantas se ofertan en los colegios, advierten de que internet es el medio más fácil para aprender... cosas malas, a la vez que dicen que utilizando la red se permite ver a gente que vive sin techo u otros que pegan a animales, para tratar con exquisito cuidado y más elegancia la pedofilia al hacer mención a "cobardes que usan la red". Lucen una fantasía sencilla de payaso.

Mamelones.- Fue la segunda en actuar, tras el paréntesis de Abubukaka. Instruidos musicalmente por Xerach Casanova, hicieron gala de una exquisita vocalización. Tomando como hilo conductor los cambios de humor, gran idea, desgranan asuntos menos innovadores. De reprochar a los profesores que hagan huelga lamentan que no los dejen fugarse en San Diego. Pasan del enfado a la tristeza porque ya no está don Enrique. Continúan hablando de niños explotados que en su mayoría no van al colegio, para elogiar la solidaridad de quienes se echan la mochila al hombro. Sólo en ese momento baja un poco, para enfilar el final de la canción: "Dejo las penas atrás para disfrutar porque ya llegó Carnaval". Llegó luego una danza del vientre.

Triqui-Traques.- La apuesta por Lolo Tavío, director musical en los últimos años, en sustitución de Lucas Mujica -de baja por paternidad- transmite seguridad y el Carnaval gana un director con garra, fuerza, que da los tonos y parece llevarse al hombro al grupo para evitar descalabros. Un 4x4.

"La tribu del Carnaval" se disfrazó de murga seria. Nada que ver con su show visual. El tema, en su primera estrofa, parece la bomba. Idea sensacional. Dicen que han visto el programa "59 segundos" y el micrófono siempre se baja cuando se van a decir las verdades. Pero la destrozan. Cada asunto ni dura 59 segundos, y lejos de sumar, les resta. Desgranan el transporte -terrestre, aéreo y marítimo- y van decayendo. Pasan de estar documentados en el rescate de las 500 licencias de taxis a quedarse en detalles sobre los controladores y la situación del barco -más preocupados por el mar canario o los vertidos que por el sector-. Vuelven a tierra con el transporte terrestre y guaguas no adaptadas a discapacitados... De más a menos, hasta ser un tema tedioso.

Ni Pico-Ni Corto.- Entre Triqui y Ni Pico, actuaron los eurovisivos Sometimes. Con Félix Padilla al frente, los que eran de El Toscal dicen que van a rendir homenaje a la murga del ayer, con doble sentido; claro que su director y letrista es más joven que la Fufa, con 50 años, y tal vez no recuerde cómo era. Engarzan "chistes", algunos ramplones. Anuncian humor, picardía y doble sentido, y lo traducen en "las niñas de ahora no son como las de antes, ahora les salen ante las tetas que los dientes", o "antes la braga tapaba el culo, ahora el culo tapa el tanga". Lo mejor, su final. No porque se vayan, sino porque recuperan humor cuando amenazan con cantar a la UD Las Palmas y dicen: "mejor me cayo"... Muy flojos, claro que, al lado de Triqui, superdivertidos.

Mamelucos.- Nuevo gag de Abubukaka, y actuación de MM Danza. Mamels fueron los reyes de la noche. A diferencia de Ni Pico, que cada vez que toca el pasacalle destroza el original, Mamelucos se mostró muy comercial. Renuncian al humor en "la cara oculta del periodismo", pero lo cubren con creces con sátira. En su "Silencio de los corderos", desgranan que el periodismo está formado por gente carroñera, bazofia... Dicen de los periodistas ratas de dos patas. Recuerdan el error informativo de quienes acusaron a un hombre de haber provocado la muerte de la hija de su pareja en El Mojón.

Definen a Andrés Chaves y Paco Padrón como "artistas de relleno", que "te callas si te pago, se arriman al chantaje". Hablan de manipulación, vinculan al presidente del Gobierno con Willy García, de la tele canaria, "quien lo enchufó"; luego aseguran que los políticos llaman a los directores para que le "corten los..." al periodista que se mete con ellos. Acusan a Bermúdez de pedir a los medios que lo apoyen para llegar a la Alcaldía y revienta el tema en esplendor y más fuerza y rabia cuando cargan contra Humberto Gonar, que, dicen, "escribe lo que no le prohíben". "Con el papel donde tú escribes lo uso para limpiarme...". Y hasta baja el director Toño Ramírez a donde estaba el redactor y, con todo el pabellón puesto en pie aplaudiendo, decirle al oído: "Yo sí te lo digo a la cara". Regresó al escenario y cerraron el tema llamando a los periodistas "sensacionalistas", "panda de sinvergüenzas". Ovación.

Y de broche de oro, su "Y ya nos vamos". Sólo le falto a Mamelucos que su letrista Manolo Peña pudiera haber disfrutado de veladas inolvidables para su sociedad como la del sábado. Deberían ser fijos en final.