El Centro de Hidrogeología de la Universidad de Málaga (CEHIUMA) ha desarrollado diversos métodos para proteger la calidad de aguas subterráneas, que ya se han aplicado en países como Francia, Italia, Alemania, Eslovenia, Sudáfrica y Etiopía.

Se trata de medidas preventivas que pretenden una ordenación del territorio acorde con la existencia de agua subterránea y que consisten en diferenciar en superficie aquellas zonas compatibles con la actividad humana de otras en las que deben prohibirse, puesto que resultan potencialmente contaminantes.

Estas técnicas, que posibilitan la elaboración de cartografías de vulnerabilidad a la contaminación, también llevan consigo la protección de manantiales en acuíferos formados por rocas calizas (kársticos), ha explicado el director del CEHIUMA, Bartolomé Andreo-Navarro.

Otra de las metodologías que este organismo ha diseñado y que también se han aplicado en Cuba, Eslovenia y Marruecos, entre otros países, es la evaluación de los recursos hídricos disponibles, es decir, la cantidad de agua que entra en los acuíferos carbonatados.

Por otro lado, el responsable del CEHIUMA -que colabora con el Instituto Geológico y Minero de España en el marco de la unidad asociada "Estudios Hidrogeológicos Avanzados"- ha alertado de un aprovechamiento excesivo de los acuíferos costeros.

La explotación incontrolada de estos medios genera descensos del nivel freático, con el consiguiente agotamiento de manantiales o la afección a zonas húmedas.

Así, se ha referido a uno de los acuíferos más importantes para el abastecimiento de la Costa del Sol Occidental, como es la Sierra de Mijas, donde se produce un uso excesivo al extraer cantidades de agua muy superiores a la recarga media anual que se obtiene de la lluvia.

"Si se produce una explotación excesiva de los acuíferos en áreas del litoral malagueño, retornaremos a condiciones de intrusión marina registradas hace décadas", ha insistido Andreo, quien ha manifestado que, tradicionalmente, este fenómeno ha afectado a los acuíferos detríticos costeros de Marbella y Río Vélez, entre otros.

Además, se ha detectado como denominador común en varios países europeos un desconocimiento acerca del funcionamiento de los medios kársticos, dado que unos responden de forma más lenta a las lluvias que otros, razón por la que no deben gestionarse de la misma manera.

Los acuíferos carbonatados son abundantes en Europa, donde ocupan un tercio de la superficie del continente, y gran parte de ellos está "absolutamente desconocida en cuanto a su funcionamiento", pese a que disponen, en su mayoría, de aguas de muy buena calidad.

Andreo-Navarro, que considera que el agua es el oro del siglo XXI, ha resaltado la importancia de invertir en investigación y equipamientos porque, en su opinión, no puede protegerse lo que no se conoce suficientemente, algo que evidencia la necesidad de impulsar un Plan de investigación de aguas subterráneas.

Ciudades como París, Londres, Bristol, Roma, Viena o Montpellier se abastecen parcial o totalmente de acuíferos de este tipo y, dado que la potencialidad del recurso agua en estos medios es "enorme", resulta necesario dedicar esfuerzos a estas actuaciones, que hasta el momento son "insuficientes".