El presidente sirio, Bachar al Asad, ordenó ayer la creación de una comisión legislativa para estudiar la derogación de la ley de emergencia, impuesta en el país desde 1963 y cuya supresión es una de las principales reivindicaciones de la oposición.

Según informa la agencia de noticias oficial siria, SANA, la comisión, compuesta por personalidades del mundo del derecho, tendrá que "estudiar y preparar una ley que garantice la conservación de la seguridad del país, la dignidad de los ciudadanos y la lucha contra el terrorismo".

Asimismo, el informe, que deberá estar terminado para antes del 25 de abril, deberá "allanar el camino para el levantamiento del estado de emergencia"

El 15 de marzo estallaron unas protestas para exigir reformas democráticas en varias ciudades del país, que prendieron con especial intensidad en Deraa (sur) y que fueron duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad. Según fuentes de organizaciones civiles y opositoras, más de cien personas han fallecido desde entonces, un número que las autoridades sirias reducen a una treintena.

Ayer, uno de los grupos participantes en las manifestaciones, identificado como "La revolución siria de 2011", denunció la muerte de una persona durante la represión el miércoles de una manifestación en la ciudad de Latakia, en el norte del país, después del discurso dirigido por Al Asad a la nación, en el que acusó a "conspiradores", que no identificó, de estar detrás de las protestas.

Asimismo, este grupo llama a todos los sirios a manifestarse hoy tras la oración del mediodía en todas las ciudades del país para exigir reformas democráticas, en lo que los opositores han bautizado como el "Viernes de los mártires".

En este sentido, el Gobierno británico pidió ayer "moderación" a las autoridades de Damasco ante las manifestaciones de la oposición previstas para hoy. "Hago un llamamiento a la moderación, especialmente por parte de las fuerzas sirias de seguridad", dijo en un comunicado el ministro británico de Exteriores, William Hague.

Hague afirmó estar "profundamente preocupado por la sucesión de muertes y violencia en las localidades de Deraa y Latakia", y recordó al Gobierno de Asad que su responsabilidad es garantizar la seguridad de los manifestantes.

El Gobierno sirio, dijo el ministro, "debe respetar el derecho a la protesta pacífica y la libertad de expresión".