El "Patata", un conocido hostelero de Gijón cuyo nombre responde a las iniciales J.M.C., escribió una nota de amor y fotografió el cadáver de la joven dominicana María de León Reyes "Adela", tras estrangularla la noche de 31 de julio del 2008, según se ha revelado hoy en la primera sesión del juicio que se celebra en la Sala Octava de la Audiencia de Asturias.

El acusado ha reconocido haber causado la muerte "sin darse cuenta" apretándole el cuello a la mujer después de mantener relaciones sexuales en un "ataque de ira" porque durante una discusión le llamó "hijo de puta" y que luego pensó en "entregarse o marchar", aunque finalmente decidió huir a Portugal, donde fue detenido ocho meses más tarde.

La Policía portuguesa, que le arrestó el 9 de marzo del 2009 en Oporto, le decomisó un teléfono móvil que contenía dos fotografías del cadáver de la víctima tendida en la cama que habían sido tomadas a las 3:01 horas del día de los hechos, apenas una hora después de causarle la muerte y que han sido incorporadas como prueba.

El "Patata" ha dicho hoy que no recordaba si había tomado esas fotos aunque su existencia ha sido corroborada por los agentes de la Policía Nacional que realizaron el atestado, pero ha reconocido como suya la letra de la carta de amor hallada en el registro del domicilio donde se halló el cuerpo de "Adela".

"Mami Deli, siempre serás mía, rezaré por ti todos los días de mi vida, nos veremos en el cielo, que cumplas todos tus deseos, te amo", expresa la nota que ha sido leída en parte hoy por el fiscal y la defensa durante el testimonio del acusado.

El juicio ha comenzado con la selección de los once miembros del jurado popular, seis hombres y cinco mujeres, y continuó con las conclusiones preliminares de partes que ejercen la acusación y la defensa, que han discrepado sobre la calificación del caso.

La Fiscalía ha pedido una condena de 20 años de prisión e indemnización por responsabilidad civil de 30.000 euros para la madre y de 60.000 euros para cada uno de los dos hijos de la víctima al considerar que se trata de un asesinato con alevosía.

La acusación particular ha coincidido con el Ministerio Fiscal en la calificación del delito, pero ha incorporado el de hurto, por el robo de joyas y dinero, por lo cual ha pedido una pena de 23 años de cárcel y elevado las indemnizaciones a 240.000 euros..

La defensa ha considerado que el caso es un "homicidio simple" cometido en un "arrebato de pasión incontrolable" y en un estado de "intoxicación alcohólica" que no reúne los requisitos de alevosía, recompensa y ensañamiento que exige la ley para considerarlo asesinato, por lo que ha solicitado una pena de 6 años y 3 meses.

En su testimonio, el imputado ha relatado que la noche de autos se había citado con la mujer, con quien mantenía una relación amorosa desde el año 2005 pero con interrupciones en algunos meses por discrepancias y que discutieron tras mantener relaciones sexuales en su domicilio, donde días después fue hallado el cadáver.

El "Patata" ha dicho que esa noche le pidió a "Adela" que dejara a su novio para volver a tener una relación estable y que la joven le dijo que "no, que todo iba a ser mas o menos igual".

"Le dije que se estaba portando como una puta y ella me dijo que yo era un hijo de puta por llamarla puta, no pude soportarlo y me dio un ataque de ira", ha expresado.

Según ha reconocido, entonces la agarró el cuello y lo mantuvo apretado unos minutos hasta que creyó que "se había desmayado" y entonces se fue "cabreado" a tomar unas copas a un local de alterne.

El autor confeso del crimen, que un día después fue visto en varias sidrerías de Gijón, ha relatado que volvió a su casa horas después, que se acostó en el sofá y que, al despertar se cortó el pelo y la barba y tomó la decisión de fugarse.