Al menos 7.000 personas, según la Policía, se reunieron ayer de forma pacífica en la plaza Sintagma (Constitución) de Atenas, en respuesta a una llamada de "los indignados" griegos para protestar contra las medidas de austeridad del Gobierno.

La concentración en la plaza frente al Parlamento griego empezó a las 18:00 (15:00 GMT), tras la convocatoria a través de redes sociales como Facebook efectuada por los "indignados", que siguen el modelo de los manifestantes que han acampado en plazas españolas.

"¡Que se vayan!, ¡que se vayan!", cantaban los manifestantes, a quienes se pidó que acudieran con una camisa blanca, mientras hacían sonar pitos y tambores. "¡Ladrones, ladrones!", se escuchaba gritar a varios grupos que dirigen su ira contra los políticos, mientras otros entonan el himno nacional.

Es la primera vez que una iniciativa apartidista convocada por internet reúne a tantas personas, después de que la crisis económica haya llevado al país al borde de la quiebra.

Las imágenes de la manifestación en Atenas se transmiten en directo por la página web del canal Skai (skai.gr), mientras que protestas similares se registran también en Salónica y Patras.

Entre los manifestante puede verse una pancarta escrita en castellano y con los colores de la bandera española: "Estamos despiertos ¿Qué hora es? Ya es hora de que se vayan".

Los congregados también piden que los parlamentarios se acerquen a las ventanas del Parlamento, mientras gritan "¡vergüenza!" Otra pancarta lleva como lema unos versos del escritor Nikos Kazantzakis: "NO creo en nada, no espero nada. Soy libre".

La Policía, al margen

La Policía seguía las protestas sin intervenir y, de momento, no se habían registrado actos de violencia.

La protesta se produjo el mismo día que llegó a Atenas un equipo de expertos de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para examinar el nuevo programa de privatizaciones y medidas de austeridad con el que Grecia pretende reducir su déficit y sortear la quiebra.

Los inspectores mantuvieron una reunión con el ministro griego de Finanzas, Yorgos Papaconstantínu, para revisar el programa de privatizaciones y reestructuración de activos estatales con el que se busca recaudar 50.000 millones de euros hasta 2015 y reducir en 20 puntos la deuda, que alcanza ya el 153 % del Producto Interior Bruto (PIB).

Los expertos también revisarán hasta el 6 de junio las medidas de austeridad, por 28.000 millones de euros, que incluyen mayores recortes de pensiones y jubilaciones, más impuestos y la fusión o el cierre de diversos organismos estatales para reducir la burocracia en una cuarta parte en relación a 2009.

De las conclusiones de los expertos depende si llega a Atenas el quinto tramo -de 12.000 millones de euros- de un crédito internacional de 110.000 millones de euros de la eurozona y el FMI.

Por otra parte, la agencia de calificación de riesgo Fitch advirtió ayer "de los elevados riesgos de contagio si se produce cualquier tipo de reestructuración de la deuda soberana griega".

En un informe sobre la exposición de los bancos alemanes a la deuda griega, Fitch dijo que no considera necesaria ninguna modificación de la calificación de estas entidades de crédito como resultado directo de su exposición a Grecia.

"La peor consecuencia de todo impago de la deuda soberana griega para los bancos alemanes y de otros países europeos sería un agudo incremento de la aversión al riesgo de los acreedores y en el mercado de capital en un momento en que muchos bancos están aún en modo de rehabilitación", dijo el director senior de las Instituciones Financieras de Europa, Oriente Medio y África de Fitch, Dawson-Kropf.

Una cantidad importante de la exposición de Alemania a la deuda soberana griega está en manos del estatal Banco de Crédito para la Reconstrucción y el Desarrollo (KfW).