El líder tribal yemení Sadeq Abdalá al Ahmar aseguró hoy que acordó una tregua con las fuerzas de seguridad yemeníes, tras cuatro días de enfrentamientos en Saná, que han dejado al menos 85 muertos.

"Desde anoche, hay un cese de hostilidades entre nosotros y las fuerzas del presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, y también se lleva a cabo una mediación", declaró el jeque Sadeq al Ahmar, uno de los principales dirigentes de las fuerzas opositoras al régimen

El líder tribal hizo el anuncio en un discurso durante el funeral de 30 de sus milicianos, que murieron en los combates que se libraron en los últimos días en los alrededores de su vivienda, en el barrio de Al Hasba, en Saná.

"Si Saleh desea una revolución pacífica, pues que así sea, pero si quiere una guerra, pues nosotros lucharemos contra él", advirtió Al Ahmar ante miles de manifestantes que piden la renuncia del mandatario yemení.

Los combates entre los milicianos del jefe tribal y las fuerzas de seguridad en el barrio de Al Hasba, donde se ubica la residencia de Al Ahmar, causaron desde el lunes pasado la muerte de al menos 85 policías, civiles y miembros de la tribu Hashed, a la que pertenece Al Ahmar, según han informado fuentes médicas y policiales.

El funeral de los milicianos de hoy coincidió con una marcha denominada la "Revolución Pacífica", en la que participaron miles de manifestantes de la oposición yemení, tras el rezo del mediodía.

Por su parte, en la plaza Al Sabain, la principal de Saná, se congregaron miles de partidarios del presidente yemení que respondieron a la convocatoria del "Viernes del Orden y la Ley", en una demostración del régimen de que cuenta con apoyo popular.

Fuentes tribales informaron, asimismo, de que un helicóptero militar yemení disparó hoy contra un puesto de la Guardia Republicana yemení que había sido tomado ayer por hombres armado fieles a Al Ahmar, en la zona de Nahm, al noreste de Saná.

En el ataque murieron y resultaron heridos varios milicianos, según las fuentes, que no dieron cifras.

Los enfrentamientos en los alrededores de la vivienda de Al Ahmar, que empujaron a muchas familias a abandonar la zona y que despertaron en muchos el miedo a una guerra civil, estallaron el lunes después de que las fuerzas de seguridad intentaran desalojar a un grupo de milicianos tribales de un edificio público que habían tomado.

Este pulso de fuerza entre Al Ahmar y Saleh estalló después de que el presidente se negara por tercera vez a firmar un plan para resolver la crisis propuesto por el Consejo General del Golfo Pérsico (CCG).

La iniciativa del CCG incluye la transferencia del poder al vicepresidente en el plazo de un mes, y dos meses después la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias y presidenciales, así como garantías de inmunidad para Saleh y sus más estrechos colaboradores.

La tregua que, de momento, pone fin a los combates se alcanzó pocas horas después de que la escalada de violencia llevara al Ejército a anunciar un eventual despliegue en la capital y después de que Al Ahmar pidiera ayuda a todas las tribus yemeníes en su lucha contra Saleh.

El líder tribal, que ayer mismo llamó varias veces mentiroso al presidente y que subrayó la inutilidad de cualquier esfuerzo de negociar con el gobernante, dijo dirigiéndose al resto de tribus que si él caía sería "el fin del resto de las tribus".