Ex miembros de las fuerzas especiales británicas (SAS) y empleados de empresas de seguridad privadas están ayudando a la OTAN a identificar objetivos a atacar en la ciudad libia de Misrata, según ha podido saber el diario The Guardian.

Veteranos de las fuerzas especiales pasan los detalles que obtienen sobre la situación y los movimientos de las fuerzas leales al régimen del coronel Gadafi al centro de operaciones de la OTAN en Nápoles.

Los objetivos los verifican luego los aviones espía y los llamados Predator estadounidenses, señalan las fuentes.

Los ex militares están en Libia con el visto bueno del Reino Unido, Francia y otros países aliados, que les han suministrado equipos de comunicaciones.

Se cree que la información que proporcionen a la OTAN les será muy útil a los pilotos de los helicópteros de ataque franceses y británicos que deben entrar en acción esta misma semana en Misrata y sus alrededores.

Cuatro helicópteros Apache británicos viajan a bordo del buque de asalto británico HMS Ocean, que se dirige actualmente a aguas libias.

Otros doce helicópteros de la clase Tiger viajan a bordo del buque anfibio francés Tonnett, del que se cree que está ya muy próximo a las costas del país norteafricano.

La emisora Al Yazira ha filmado a varios individuos occidentales armados hablando con los rebeldes en Misrata.

El ministerio británico de Defensa ha insistido mientras tanto en que el Reino Unido no tiene fuerzas de combate en suelo libio.

Según Londres, el único personal militar británico está en Bengasi y consiste en unos diez asesores militares.

Fuentes militares británicas han reconocido que se ha pedido a algunos países árabes que entrenen a los rebeldes que se enfrentan al régimen de Gadafi.

Las mismas fuentes dijeron que se trata de contratar los servicios de empresas de seguridad privadas, en muchas de las cuales trabajan veteranos de las fuerzas especiales británicas, mercenarios a quienes pagan los países árabes, en especial Qatar.