Las acusaciones de ataque informático lanzadas por Google contra China han agitado las tensiones latentes entre Pekín y Washington, que hoy calificó de "muy serias" sus preocupaciones por ese caso, justo cuando el Pentágono trabaja en una estrategia ante posibles "ciberataques" del exterior.

"Google nos ha informado de estas acusaciones, lo que genera muy serias preocupaciones e interrogantes. Esperamos que el Gobierno chino ofrezca una explicación", expresó la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, en un comunicado.

"La capacidad de operar con confianza en el ciberespacio es fundamental para la sociedad y economía moderna", agregó Clinton.

El gigante informático anunció el miércoles el desmantelamiento de un "plan de robo de contraseñas de cientos de correos electrónicos de Gmail de altos funcionarios de EEUU, activistas políticos chinos, funcionarios de diversos países asiáticos (especialmente de Corea del Sur), personal militar y periodistas".

Según Google, el plan estaba aparentemente lanzado desde la ciudad china de Jinan.

El Gobierno de Pekín salió rápidamente al paso de estas acusaciones, que tildó de "inaceptables".

El portavoz de turno del Ministerio de Asuntos Exteriores, Hong Lei, añadió que existían "motivos ocultos" para lanzar esas acusaciones contra China.

"Los ataques informáticos son un problema internacional del que China también es víctima. Las acusaciones de los supuestos ataques son totalmente infundadas", manifestó Hong en una rueda de prensa.

Según nuevos datos conocidos del ataque informático, pudo haberse originado en un falso documento titulado "Borrador de comunicado conjunto EEUU-China" que circuló en cuentas de correo en el Departamento de Estado y de Defensa de EEUU.

Al descargarse el documento, los usuarios eran reenviados a una página falsa de Gmail que capturaba la contraseña y robaba los datos personales de la cuenta, una práctica conocida como "phising".

"No eran ataques nuevos o avanzados, pero sí eran invasivos", explicó en su blog Mila Parkour, la investigadora que alertó a Google sobre el ataque informático.

Los recelos entre Google y las autoridades chinas no son nuevos.

Tres meses atrás, el gigante informático acusó a China de la "ralentización" de las cuentas de correo de los usuarios de Gmail.

Google afirmó entonces que el ciberataque estaba "cuidadosamente diseñado para que pareciese como si el problema era de Gmail".

Previamente, en enero de 2010, la compañía había anunciado que sus operaciones habían sido objeto de ataques con el fin de acceder a la correspondencia de disidentes chinos, además de robar a la empresa códigos y secretos comerciales.

Esta denuncia obligó incluso a intervenir al Gobierno de EEUU y llevó a Google a cerrar temporalmente su motor de búsqueda en China, aunque posteriormente las tensiones se suavizaron y Pekín renovó la licencia al gigante informático.

La reciente acusación de Google a las autoridades de Pekín coincide con la nueva estrategia de defensa militar ante posibles ciberataques en la que trabaja el Pentágono, como parte de su adaptación a nuevos tipos de amenazas.

The Wall Street Journal difundió el martes un documento interno del Departamento de Defensa de EEUU en el que se trabaja con la idea de "equivalencia" ante un ciberataque que cause víctimas civiles y pueda originar una respuesta militar, incluida el "uso de la fuerza".

La empresa Lockheed Martin Corp, uno de los mayores proveedores de material tecnológico de defensa del Gobierno de Estados Unidos, también denunció el domingo pasado que había sufrido un ataque cibernético en sus sistemas de información.

Ese ciberataque ocurrió el sábado 21 de mayo, cuando el equipo de seguridad de la compañía detectó un "importante e insistente" ataque e inmediatamente tomó medidas para proteger todos los sistemas.